Consejos para proteger a los bebés ante la ola de calor
Evitar la exposición prolongada al sol y usar gafas de sol son las recomendaciones principales
El sol tiene muchos beneficios para la salud tanto física como mental. Pero es conveniente aplicar con él la máxima aristotélica que dice que la virtud está en el punto medio. Especialmente si se combina con temperaturas como las de la ola de calor que estamos viviendo. Y si esto es cierto para los adultos, lo es todavía más para los más pequeños de la casa.
Por eso, los expertos recomiendan tomar medidas de precaución para proteger a niños y bebés de las altas temperaturas. Evitar la exposición directa y prolongada al sol es lo más efectivo, pero desde el Hospital Vithas Madrid La Milagrosa han indicado que también es muy efectivo vestirles con ropa de algodón o el uso de gafas de sol oscuras.
Recuerdan que los bebés y los menores de 3 años son los más sensibles a los efectos nocivos de las radiaciones solares, ya que su piel es más sensible, delicada y fina. Esto significa que es más permeable a sustancias de las cremas que pueden ser perjudiciales y provocarles reacciones como alergia o irritaciones.
El doctor Alejandro López Escobar, jefe clínico del servicio de pediatría del Hospital Vithas Madrid La Milagrosa, ha recomendado no exponer a los bebés a la exposición, especialmente a los menores de seis meses, De esta forma se puede evitar aplicarles protector solar.
Al utilizar protector solar, es conveniente utilizar una crema resistente al agua y con un factor de protección alto.
Lo ideal, según este experto, es evitar la exposición directa y prolongada al sol. Recomienda buscar sombras en espacios abiertos o utilizar una sombrilla. Además, recomienda protegerles con prendas de ropa de algodón, sombreros y gafas de sol oscuras que posean filtro para rayos ultravioleta.
La importancia de las gafas de sol
En ese sentido, el doctor López Escobar señala que, "igual que hacen los mayores, niños deben utilizar gafas de sol para proteger sus ojos frente a las radiaciones ultravioletas". "Además, esta medida evita que pueda entrar algún cuerpo extraño en los ojos, como la arena", ha concluido.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), las radiaciones ultravioletas A y B del sol, “al igual que alteran y dañan la piel, pueden ser muy nocivas para los ojos, pudiendo afectar a la córnea (queratitis) y, a largo plazo, llegar a dañar la retina”.
Recuerdan que, si bien gorras y sombreros protegen de la de la radiación directa en el ojo, no sirven para proteger de la radiación que se refleja en el suelo, la arena, la nieve o el agua.
No hay que olvidar, recuerdan, que estas medidas de precaución también deben adoptarse en los días nublados, ya que las nubes permiten el paso de la radiación ultravioleta.
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