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Investigadores de la Unidad de Deterioro Cognitivo del Hospital Valdecilla de Santander han constatado alteraciones cognitivas asociadas al consumo excesivo de alcohol de forma ocasional en fines de semana, que son mayores entre aquellos jóvenes que se iniciaron antes en este patrón de consumo.

El estudio, el mayor de estas características realizado hasta la fecha, corrobora las hipótesis que apuntan otros trabajos que han analizado los efectos del conocido como 'botellón', pero además, apunta ese efecto "acumulativo" del consumo excesivo ocasional, que acentúa sus consecuencias cuantos más años se lleva bebiendo de esta manera.

El trabajo, presentado hoy por el jefe de la Unidad de Deterioro Cognitivo de Valdecilla, Pascual Sánchez-Juan, ha comprobado que los jóvenes con un patrón de consumo excesivo de alcohol en fines de semana son más lentos al resolver los test cognitivos a los que fueron sometidos.

Los participantes en el estudio, alumnos de la Escuela Universitaria Gymbernat, completaron las mismas pruebas que se utilizan para evaluar a pacientes con alzheimer, en las que se miden capacidades cognitivas como la velocidad de procesamiento mental, la atención o la capacidad para cambiar de una tarea a otra.

Los que refieren un consumo excesivo de alcohol en fines de semana (lo equivalente a unas siete cañas en dos horas) eran más lentos para resolver esas pruebas, y más aún los que se iniciaron en este patrón de consumo alcohólico más jóvenes, lo que lleva a pensar en ese efecto "acumulativo" del alcohol.