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El Consejo Escolar del Estado ha recomendado realizar actividades en familia, dedicando todos los días un tiempo a conversar y realizar juntos una comida principal porque con ello se mejora el rendimiento académico de los alumnos.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio "La participación de las familias en la educación escolar", presentado por el presidente de dicha institución, Francisco López Rupérez, y que se ha realizado para analizar la relación entre el grado de involucración de los padres y el rendimiento académico de sus hijos.

La diferencia entre los estudiantes que hablan con sus padres y los que no lo hacen nunca o pocas veces puede llegar al equivalente hasta dos cursos, según se desprende de uno de los apartados del informe PISA 2012 sobre Matemáticas, en el que no participó España, pero que puede extrapolarse a nuestro país, según María Castro, investigadora del estudio.

En concreto, según PISA, cuando las familias no comen nunca o casi nunca con los hijos, estos obtienen una puntuación de 485,7 en dicha asignatura.

Pero cuando realizan la comida principal juntos todos los días o casi todos la nota desde 530,9; "hay un diferencia de 45 puntos, lo que equivale a un año de escolarización", ha afirmado López Rupérez.

Ha asegurado que el informe ha sido aprobado por unanimidad en la Junta de Participación de los Consejo Escolares Autonómicos, ha destacado que estos hábitos recomendables no dependen del nivel socioeconómico o cultural de las familias y, sin embargo, resultan "efectivos" en el rendimiento escolar.

SUPERVISAR LOS DEBERES ESCOLARES

Otros factores que mejoran los resultados de los alumnos son las altas expectativas de los padres sobre sus hijos, la supervisión de los deberes escolares y la comunicación fluida, aunque Castro ha explicado que también puede producirse "un impacto negativo" si se supera un punto "máximo" que sería el óptimo.

En esta investigación (han participado 15.000 familias de toda españa, 700 tutores y 200 directores de centros) también se concluye que es aconsejable que los centros escolares apliquen estrategias que aumenten el sentimiento de pertenencia, algo a lo que deben ayudar las asociaciones de padres (Ampas).

Asimismo, el Consejo Escolar del Estado recuerda la importancia de apoyar a los centros situados en entornos desfavorecidos y que escolarizan a alumnos inmigrantes en proporciones elevadas, y a establecer programas de compensación educativa para estudiantes cuyas familias no pueden prestarles apoyo académico en las tareas.

Por otra parte, se ha visto que en Infantil y Primaria es mayor el grado de participación familiar que en Secundaria, a medida que los alumnos ganan independencia.

El perfil de los padres que más participan en la escuela es el de los que poseen mayor nivel de estudios (suelen ser madres), son personas jóvenes, tienen mayor sentimiento de pertenencia al centro y destinan más recursos a la educación de sus hijos.

Demuestran menos participación, según María Castro, las familias con edades superiores y bajo nivel de estudios.

López Rupérez ha apuntado el caso de las familias monoparentales, la mayoría de ellas de mujeres, jóvenes y con nivel formativo superior al de los hombres, y ha resaltado la necesidad de ayudas de las administraciones para que no sean una causa de desventaja respecto al rendimiento escolar de sus hijos.

En cuanto a la relación entre la participación familiar y el clima escolar, el estudio revela que éste es positivo en el promedio de los centros, pero mayor en los de Educación Infantil, tanto públicos como privados. Por el contrario, los centros públicos de ESO presentan un valor más bajo de buen clima escolar.