La Cordillera Cantábrica alcanza los 200 ejemplares de oso pardo
El oso pardo vive un "buen" momento en la Cordillera Cantábrica, donde las dos poblaciones, la oriental y occidental, alcanzan los 200 ejemplares.
Esto se debe a que la especie, --que pese al incremento registrado todavía está amenazada-- responde "muy bien" a los programas de conservación puestos en marcha desde las administraciones autonómicas, en colaboración con diferentes colectivos como la Fundación Oso Pardo (FOP).
Su presidente, Guillermo Palomero, ha destacado que el 2012 fue un "magnífico" año desde el punto de vista de la reproducción, con cerca de 34 nuevas crías, que es una cifra "importante".
A esto se suma, como ha añadido, la comunicación que se está produciendo entre las dos poblaciones de la Cordillera, ya que ejemplares macho de la parte occidental se han movido a la oriental, que alberga el grupo más pequeño de osos, lo que se ha traducido en la reproducción de algunas hembras.
Palomero ha indicado al respecto que se ha encontrado la huella genética de osos de la subpoblación occidental en ejemplares de la oriental, y ha señalado que si sigue este flujo de genes, se continúa el "camino" para resolver un problema que era "importante", ha recordado.
Además, mejorar la comunicación entre las dos poblaciones puede favorecer y beneficiar también al resto de la fauna, ya que otras especies podrán pasar de una zona a la otra.
Por todo lo anterior, el presidente de la FOP ha subrayado que el oso pardo cantábrico atraviesa por un momento "estupendo", ya que al tiempo que la población crece, los ejemplares cohabitan "en paz" con los vecinos de los municipios.
Al hilo de lo anterior, Palomero ha subrayado el apoyo "social" al oso pardo, gracias, entre otras cosas, a las conversaciones mantenidas con los alcaldes o cazadores, que se han convertido en "grandes aliados" para la conservación de la especie.
DESARROLLO RURAL
Al mismo tiempo, la concienciación en torno a este animal emblemático contribuye al desarrollo sostenible de las poblaciones rurales de la Cordillera Cantábrica, toda vez que la presencia de osos atrae a turistas o su imagen ayuda a vender productos.
A todo esto contribuyen programas como el de educación ambiental 'Dejando Huella', que ha puesto en marcha la Fundación en colaboración con el Gobierno de Cantabria y E.ON para contribuir a la conservación de esta especie a través de acciones de información y sensibilización destinadas a alumnos de entre 10 y 16 años.
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