David Meca presentó recientemente su primer libro, 'Yo no temo a los tiburones', que nació, explicó el autor, debido al tiempo en el que "estamos viviendo miedos e inseguridades, de no querer lanzar nuevos proyectos", y destacó que "es un libro de lucha, de adversidad, de no temer a los tiburones de la mente".
Se trata de una biografía del nadador, doble campeón del mundo de natación en aguas abiertas, en el que cuenta sus vivencias, las dificultades y los retos que han marcado su carrera a lo largo de los años, según explicó.
Los inicios para Meca no fueron fáciles, ya que se introdujo en el mundo de la natación debido a problemas físicos en la infancia que obligaron a sus padres a apuntarle a un club. "Tenía pies planos, rodillas torcidas y botas ortopédicas con hierros, y me obligaban a nadar. Lloraba y lloraba cada vez que tenía que ir a la piscina". Sin embargo acabó siendo una parte muy importante de su manera de afrontar la vida.
Poco a poco fue encontrándose más cómodo en la piscina y con el debido entrenamiento llegaron los primeros éxitos. "A los 18 años me convertí en campeón de España absoluto en piscina por primera vez y decidí que quería seguir nadando y estudiando, por lo que me fui a América".
El viaje a Estados Unidos conllevó dejar todo atrás y acabó siendo decisivo a la hora de afrontar el cambio de la piscina a las aguas abiertas. "Por mi constitución física tan pequeñito, tan delgadito, tan poca cosa, pero que aguantaba tanto en el agua, mi entrenador me recomendó que me dedicara a los maratones, que tenía futuro", destacó David Meca.
Los éxitos internacionales llegaron y la progresión parecía que no iba a tener fin, sin embargo, una sanción por dopaje de la Federación Internacional de Natación supuso un mazazo para las aspiraciones del nadador español. "Exactamente fue el 9 de marzo de 1999", explicó Meca, "no me lo creía, pensaba que todo era un broma, y que iba a terminar al día siguiente".
En su afán por demostrar que era inocente puso en marcha todo un mecanismo de defensa. "No me iba a conformar porque no había hecho nada. Daba mi cuerpo al estudio científico, para que vieran de arriba abajo que no había tomado nada prohibido". Con todo ello nacieron los retos, emulando la Fuga de Alcatraz en primer término, como una manera de seguir nadando a pesar de la sanción, y continuar siendo visible de cara a la opinión pública.
Tras volver de la sanción, Meca consiguió ganar cuatro medallas en el Campeonato del Mundo de Hawai, inmediatamente después de su vuelta de la sanción. "Fue la mejor patada que pude dar", comenta. Alcanzó su objetivo de ser campeón del mundo y tras volver a lograrlo en Montreal en el año 2005, se retiró de la alta competición con 31 años.
A día de hoy David Meca confiesa que le conocen "más por los retos que por las medallas de campeón del mundo", aunque asegura sentirse orgulloso de ellos, y que "no los cambiaría". Si tuviera que destacar alguno se quedaría con "con Península- Baleares, unir Jávea (Alicante) con Ibiza un 5 de enero, fue tremendo". En total más de 100 kilómetros de nado ininterrumpido.
Entre sus logros también destacan haber cruzado en tres ocasiones consecutivas el Estrecho de Gibraltar, el Canal de la Mancha o haber nadado en el Lago Ness.
"Aunque yo diga que no me dan miedo los tiburones, me da mucho respeto el mar, sobre todo en la oscuridad, que no sabes que pasa debajo de ti", confesó Meca, que sigue entrenando sin descartar que puedan llegar nuevos retos en un futuro.