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La derogación de la fecha de caducidad del yogur -que se sustituirá por otra de consumo preferente- será la primera medida del Gobierno enmarcada en la iniciativa española "Más alimento, menos desperdicio" con la que se quiere evitar que 8 millones de toneladas de comida acaben en los vertederos cada año.

El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), Miguel Arias Cañete ha presentado hoy esta iniciativa que incluye cinco grandes áreas de actuación contra el despilfarro.

España es el sexto país de la Unión Europa que más comida desperdicia, con 7,7 millones de toneladas, tras Alemania (10,3 millones), Holanda (9,4 millones), Francia (9 millones), Polonia (8,9 millones) e Italia (8,8).

En el caso del yogur, el ministro ha recordado que el pasado viernes se publicó en el BOE el Real Decreto que deroga la obligación de indicar la fecha de caducidad -lo que implicaba hasta ahora la necesidad de vender el producto 28 días tras su elaboración- y lo sustituirá por una indicación de consumo preferente que cada fabricante apuntará en función de las características del mismo.

Arias Cañete ha precisado que "revisarán los aspectos normativos" en colaboración con los operadores implicados de la cadena agroalimentaria para evitar, por ejemplo, que se desechen alimentos que no cumplen unos criterios "estéticos" para la venta o por defectos en el envasado.

En este sentido, ha planteado que algunos productos podrían llegar a la población a través de los bancos alimentos sin ocasionar tensiones de mercado, aunque reconoce que antes deben solucionarse algunos problemas como los logísticos y la ausencia de capacidad de frío de estos centros de distribución para su mantenimiento.

El reto del Gobierno es reducir a la mitad en 2025 el desperdicio de alimentos respecto a los niveles actuales gracias a esta estrategia, según marca la UE.

Arias Cañete ha defendido la eficiencia en el consumo alimentario por motivos económicos, sociales y ambientales y como una manera de responder al aumento de la "vulnerabilidad" de la población y a sus necesidades de nutrición en un momento de crisis económica.

El Gobierno promoverá así estudios para conocer "cuánto, cómo, dónde y por qué" se desperdician alimentos, para lo que será fundamental -dijo el ministro- colaborar con organizaciones representativas de la industria alimentaria, la distribución, la hostelería y la restauración, así como organizaciones agrarias y cooperativas agrícolas.

Entre las actuaciones, el Ministerio elaborará guías de buenas prácticas para agricultores, empresas y operadores de la cadena que recogerán "medidas correctoras" para evitar que la comida acabe en el cubo de la basura.

Ha defendido también que los operadores de toda la cadena se comprometan con acuerdos voluntarios en avanzar en este camino, en la línea del proyecto lanzado recientemente por Aecoc "La alimentación no tiene desperdicio, aprovéchala".

El Ministerio tiene previsto además fomentar el diseño de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia en el aprovechamiento de los productos y relanzar las auditorías en empresas para evaluar las pérdidas y los canales cortos de comercialización y venta directa.

En el mundo se pierde o desperdicia un tercio de la producción, esto es 1.300 millones de toneladas al año, según la FAO, el equivalente a la mitad de la cosecha mundial de cereales, ha apuntado Arias Cañete.

También acaba en la basura de los países ricos el equivalente a la producción alimentaria neta anual en el África subsahariana.

En Europa, la cifra del desperdicio asciende a 89 millones de toneladas al año según la UE (179 kilos por habitante) y, de ellos, el 42 % se produce en los hogares -del cual, el 60 % sería evitable"-, el 39 % en procesos de fabricación -aunque la mayor parte son "inevitables"-, el 5 % en la distribución y el 14 % en los servicios de restauración y catering.

La estrategia impulsada por el Gobierno responde al compromiso del ministro en sede parlamentaria y a los objetivos que marca el Parlamento Europeo que implicó la petición a los Estados miembro de que elaboren un plan de acción contra el desperdicio de alimentos para 2013, según ha subrayado Arias Cañete.