Distraían con cualquier excusa a los conductores que paraban en las áreas de descanso y luego aprovechaban para abrir las puertas de sus coches y les sustraían los objetos de valor. Los Mossos de Esquadra han desarticulado la mayor banda de atracadores de carretera.
Han detenido a quince personas en una operación que ha permitido desarticular la red que acumula más hurtos cometidos en los últimos años contra turistas que circulan por la AP-7 en Cataluña, autopista a la que ahora no se podrán acercar doce de ellos por orden judicial.
En rueda de prensa, el jefe de la Comisaría General de Movilidad de los Mossos, el intendente Josep Guillot, ha destacado la importancia de que el titular del juzgado de instrucción número 1 de Granollers (Barcelona) haya decretado como medida cautelar una orden de alejamiento de 200 metros en todo el trayecto de la AP-7 en España a la mayoría de arrestados, ya que este tipo de medidas ha comportado en otros casos que estos grupos se marchen del país.
Algunos de los detenidos, que acumulan 242 antecedentes policiales en España, así como en países como Italia, Alemania y Francia, utilizaban vehículos de gama alta para cometer los hurtos en la AP-7, la principal vía de entrada a España de turistas en coche, y garantizarse una rápida huida cuando tenían que escapar de la policía o de las propias víctimas del robo. Según ha destacado Guillot, uno de los elementos clave en la investigación han sido las imágenes que ha proporcionado la concesionaria de autopistas Abertis, ya que ha permitido identificar a algunos de los miembros de la red en los asaltos cometidos a lo largo de los 347 kilómetros que la AP-7 tiene en Cataluña.
UN CENTENAR DE ASALTOS AL AÑO
El responsable policial ha destacado que los detenidos, de origen kosovar, cometían un centenar de asaltos al año, en los que abordaban al principio a las víctimas mediante el método del "pincha-ruedas", provocando un reventón al vehículo de la víctima, y la seguían hasta que se tenía que detener, para robarle los objetos de valor del interior del vehículo.
Sin embargo, con el paso del tiempo, y debido a su alta especialización, ya no necesitaban pinchar las ruedas, sino que cuando detectaban circulando por la autopista al vehículo que querían asaltar le hacían señas desde su propio coche para que se detuviera en el arcén o en un área de servicio, haciendo indicaciones como si tuviesen un problema en su vehículo.
Una vez detenido el vehículo, y con la excusa de prestar auxilio, distraían a las víctimas con conversaciones intrascendentes y aprovechaban para sustraer los objetos de valor de su interior. Los Mossos d'Esquadra atribuyen a los detenidos un total de 50 asaltos cometidos en los últimos seis meses, con un botín valorado en 150.000 euros.
La mayoría de los detenidos operaban con documentación falsa y no tenían domicilio conocido, ya que muchos de ellos acostumbraban a dormir en hoteles y hostales para dificultar las labores de seguimiento de la policía, de forma que sólo seis tienen domicilio estable en España.
La investigación se inició en diciembre de 2017, después de que una pareja de turistas denunció que el día 17 de ese mes les habían sustraído 27.000 euros que llevaban en su vehículo cuando circulaban por la AP-7.
Los Mossos calculan que la red estaba integrada por 20 personas, de las que quince han podido ser detenidas, mientras que las otras cinco se encuentran fuera de España, según el responsable policial.