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Agentes de la Guardia Civil, pertenecientes al Área de Delitos Contra el Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de La Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, en el marco de la denominada la “Operación Moraleja Madrid”, han logrado la desarticulación de un grupo criminal dedicado a perpetrar robos con fuerza, por el procedimiento del butrón, en entidades bancarias y gasolineras situadas en localidades de la Comunidad de Madrid así como en las provincias de Toledo y Guadalajara.

La Operación se inició el pasado mes de octubre, cuando se tuvo conocimiento de varios robos con fuerza en oficinas de entidades bancarias y gasolineras, los cuales respondían a un mismo patrón de actuación, por lo que los agentes sospecharon que pudiera tratarse de un mismo grupo criminal, por la similitud que tenían los hechos delictivos cometidos.

Tras la oportuna recogida de muestras y datos de interés para la investigación, de los lugares donde habían perpetrado los robos, los agentes llegaron hasta un grupo, compuesto por seis varones de origen albano-kosovar, que se estaban dedicando de forma muy activa a la comisión de numerosos delitos de robo con fuerza en localidades pertenecientes a Madrid, Toledo y Guadalajara.

UN GRUPO CON DOS CABECILLAS

De las investigaciones realizadas por los Agentes, se pudo comprobar que el grupo estaba dirigido por dos cabecillas, que en el pasado formaban parte de un mismo grupo criminal dedicado a la comisión de delitos contra el patrimonio y que, en la actualidad, cada uno lidera una célula del grupo, interconectadas y coordinadas, pero actuando separadamente, todo ello con el fin de dificultar la labor policial en el caso de ser detectada alguna de ellas.

Como consecuencia de las vigilancias discretas a las que los agentes les sometieron, se comprobó que el grupo actuaba atendiendo siempre a un mismo modus operandi:

Los líderes de cada grupo solían realizar diferentes desplazamientos a localidades con poca población y poca actividad, con el fin de ubicar sucursales bancarias y estaciones de servicio apartadas de los núcleos urbanos.

Una vez que el líder había seleccionado el lugar, hacían un estudio preliminar de la zona con el fin de determinar las medidas de seguridad, presencia policial, seguridad privada y vías de escape, para evitar ser detenidos en caso de ser sorprendidos.

Unos días antes de la materialización del robo, un miembro del grupo se desplazaba hasta el lugar con las herramientas que iban a ser necesarias para practicar el butrón, escondiéndolas en un lugar cercano, de forma que, el día del robo, acudían en dos coches, estableciendo numerosos puntos de seguridad previos y extremando las precauciones para no ser sorprendidos.

Instantes después de llegar al lugar elegido para cometer el robo, y después de haber recuperado las herramientas inicialmente escondidas, cortaban la línea telefónica o rompían los cajetines del sistema de alarma, huyendo inmediatamente del lugar hasta un punto cercano, en el cual esperaban un tiempo prudencial, nunca inferior a 45 minutos, y de no haber acudido ninguna persona a una posible señal de alarma, los miembros volvían al lugar para realizar el butrón y posteriormente forzar las cajas fuertes.

UN COCHE LANZADERA

Cometido el hecho delictivo, abandonaban el lugar en dos coches, uno de ellos hacía de lanzadera y además era el utilizado para transportar las herramientas, y el de detrás llevaba el botín fruto del hecho delictivo.

La primera fase de la Operación se saldó con la detención de una de las dos células, cuando acababan de perpetrar un robo en una entidad bancaria situada en Layos (Toledo). Los agentes les dieron el alto en el momento que los cuatro encartados procedían a subir al coche, emprendiendo éstos la huída haciendo caso omiso a las señales de detención.

Por tales motivos se estableció un dispositivo policial por agentes pertenecientes a la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, en torno a la A 42, logrando finalmente la detención de los cuatro ocupantes del vehículo.

Con la desarticulación de la primera célula, el resto del grupo incrementó las medidas de seguridad en sus movimientos, llegando incluso a cambiar de domicilios, hasta que, finalmente, el pasado 19 de marzo, se logró la detención del resto de los integrantes del grupo y el registro domiciliario de las viviendas usadas por los mismos, interviniendo diversas herramientas, prendas de vestir utilizadas por los encartados en los hechos delictivos, walkie talkis, 400 euros, inhibidores de frecuencia, y los vehículos utilizados por el grupo.

Con la Operación Moraleja Madrid se han esclarecido un total de 7 robos con fuerza por el procedimiento del butrón, dos en gasolineras y cinco en entidades bancarias, ubicadas en localidades de Madrid, Toledo y Guadalajara.

Además, por las vigilancias discretas realizadas se pudo comprobar que iban a actuar en 15 entidades bancarias más y en 3 gasolineras, al haber hecho el activo grupo intensos estudios preliminares sobre estas zonas.

Los detenidos son todos varones, con edades comprendidas entre los 18 y los 45 años de edad, nacidos en Serbia, Kosovo y Yugoslavia. La primera célula estaba compuesta por A.I., L.C, E.T, S.C, y la segunda por M.Z, M.B, así mismo han sido imputados otros dos varones más por los mismos hechos.

Todos ellos cuentan con numerosos antecedentes por hechos relacionados contra el patrimonio y, de los seis detenidos, tres de ellos tienen decretada la expulsión del territorio nacional por la Delegación del Gobierno en Madrid y a otro se ha procedido a abrir un expediente por infracción a la Ley de Extranjería.