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Agentes de la Policía Nacional, tras más de dos años de investigaciones, han arrestado a 100 integrantes de una macro organización marroquí que llevaba al menos cinco años asentada en España para introducir en Europa importantes cantidades de hachís, tal y como ha informado hoy en rueda de prensa la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y el jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid, José Luis Conde. En la primera fase de la operación, que terminó a finales de 2012, fueron detenidos más de 40 personas y unas 11 toneladas de hachís. Ahora, los agentes han arrestado a otras 55 personas (la mayoría de ellos han acabado en prisión) y se han incautado otras 11 toneladas de este estupefaciente, más de 2 millones en efectivo, siete armas de fuego --entre las que se encuentran dos fusiles de asalto considerados armas de guerra-- contramedidas electrónicas y equipos de comunicaciones avanzados usados por los detenidos.

En el total de ambas operaciones han sido arrestadas 100 personas, requisadas 22,1 toneladas de hachís, 25 vehículos, se han esclarecido 96 hechos delictivos, se han intervenido cinco armas de fuego, cien millones de euros en mercancías y se han embargado judicialmente cinco empresas. Entre los "peligrosos y veteranos" detenidos, 90 personas son hombres y 10 mujeres. De ellos, 60 son magrebíes, 26 españoles, cuatro chinos, dos búlgaros, una venezolana, una belga y un boliviano, entre otros. Los arrestos se han producido en 23 localidades de varias provincias, entre las que se encuentra Madrid, Majadahonda, Pozuelo, Pinto, Parla, Alcalá, San Fernando de Henares, TOledo, Yuncos, Illescas, Barcelona, Matraó, Málaga, Alhaurín y Ceuta, entre otras.

Ha llamado la atención de los mandos policiales de que es la primera vez que se interviene en España armas de guerra, un moderno fusil M-16 y antiguo un fusil Kaláshnikov en escenarios bélicos. Tanto es así que la Agencia Federal Norteamericana se ha interesado por el hallazgo, que se localizó concretamente en la localidad de Los Barrios, cerca de Algeciras. Eso sí, han querido desvincular estas armas son asuntos de terrorismo.

La red se estructuraba en células independientes y estancas dirigidas desde el Magreb, especialmente desde Marruecos, desde se supone que procede el hachís, diseminadas a lo largo de España, país que servía como punto intermedio para abastecer de hachís a narcotraficantes en otros países europeos como Francia, Reino Unido, Países Bajos o Italia. Cada célula se asentaba en distintas localidades españolas y sus miembros desconocían la existencia, funcionamiento e identidades de los componentes de las otras células para evitar así filtraciones.

NAVES INDUSTRIALES Y DROGA EN DOBLES FONDOS

En primer lugar la droga atravesaba el estrecho de Gibraltar en potentes lanchas motoras semirrígidas o bien oculta en dobles fondos o depósitos de combustible de camiones de gran tonelaje, donde podían caber entre 400 ó 500 kilos en el resto de España. La Policía ha requisado una pequeña furgoneta de almacenamiento y una camión de gran tonelaje. El principal método de introducción eran camiones de fruta, donde ocultaban la droga en el centro de los palés, un procedimiento complejo y costoso de localización por parte de los agentes.

Los narcotraficantes investigados operaban en España como punto en el que coordinar la logística, almacenaje y transporte de la droga hacia Europa. Para ello utilizaban naves industriales y locales comerciales ubicados localidades de distintas provincias como Madrid, Guadalajara, Barcelona y Málaga. Al objeto de distribuir la droga a los compradores la red también se valía de camiones o turismos con 'caletas', oquedades ocultas practicadas para alojar la droga. Esta estructura de transporte era usada para dos cometidos fundamentales: tanto transportar el hachís desde Marruecos hasta distintos países europeos, como retornar a Marruecos los beneficios en efectivo obtenidos por la venta del estupefaciente.

Su 'modus operandi', basado en una fuerte especialización de los componentes de la banda, se basada en que el conductor de la mercancía no sabía dónde estaba la nave, ya que se lo daban en otro punto. Además, en ocasiones no llegaba el mismo conductor a los puntos de destino, sino se la pasaba a otro chófer para evitar que una misma persona tuviera mucha información de la red. Cada célula tenía sólo un líder que interactuaba con los jefes en el Magreb.

La distribución de la droga era independiente de la red del blanqueo. En algunos casos el blanqueo se realizaba comprando productos introducidos en el Magreb a través de la organización, por ejemplo en joyas. Y, en otros casos, se entregaba el dinero en carnicerías musulmanas en España. La red movía entre 3 y 3,5 millones de euros en efectivo al mes.

SEGUNDA FASE DE LA INVESTIGACION

Durante los más de dos años que han durado las investigaciones, los agentes de la Policía Nacional han actuado en fases contra los miembros de la red, amparados por el Juzgado número 5 de Madrid.

De las últimas 55 detenciones una ha sido en Briviesca (Burgos), una en Baza (Granada), 14 en Algeciras, 16 en Madrid, tres en Los Barrios (Algeciras), cuatro en Guadalajara, una en Badalona (Barcelona), una en Málaga, cinco en Barcelona, cuatro en Mataró (Barcelona), una en Alhaurín el Grande (Málaga), dos en Lucena (Córdoba) y dos en Ceuta. Entre los arrestados se encuentran los líderes de las células asentadas en España, así como los integrantes de las mismas, encargados de las labores de almacenaje y distribución de la droga. La gran mayoría de los componentes de la organización contaban con antecedentes y alguno de ellos incluso por homicidio con reclamaciones en vigor de otros países.

En el total de la segunda fase de la operación se han incautado 11 toneladas de hachís distribuidas en varias provincias españolas. Las cantidades más importantes se han encontrado en las localidades de Alovera (Guadalajara), Alcalá de Henares y San Fernando (Madrid), con un total de 3.500 kilos; 2.300 kilogramos en Barcelona, 3.300 kilos en Alhaurín el Grande (Málaga), 650 kilos en Algeciras y 1.000 kilos en Madrid. Por otro lado, en esta segunda fase los agentes también se han incautado de más de dos millones de euros en efectivo, 52 turismos, 5 camiones y un tráiler, 200 teléfonos móviles, 20 equipos informáticos, 7 armas de fuego (dos de ellas fusiles de guerra AK47 y Colt M4), 30 depósitos de combustible para camiones y numerosas matrículas dobladas.

La Policía se ha sorprendido con el nivel de tecnología que utilizaba la organización, uno de los más complejos que han visto hasta el momento. La investigación ha sido desarrollada por agentes de la sección de estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, con la colaboración de agentes de la División Económica y Técnica, de la Comisaría General de Policía Judicial, de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, de las Jefaturas Superiores de Policía de Cataluña, Andalucía Oriental y Andalucía Occidental, así como los oficiales de enlace de España en Francia y Marruecos, el oficial de enlace de Francia en España y agentes de la comandancia de Madrid de la Guardia Civil y de la Policía Municipal de Madrid.