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Agentes de la Ertzaintza detuvieron ayer en la localidad vizcaína de Leioa a un hombre de 45 años, con antecedentes por violencia de género y violación, acusado de un delito de agresión sexual sobre una menor de edad.

Según ha informado hoy el departamento de Interior, el hombre fue detenido sobre las 20.00 horas de ayer después de que supuestamente interceptara a la menor en el portal de su vivienda en la citada localidad y la retuviera en la zona de trasteros del edificio.

El hombre, que portaba un cuchillo, fue sorprendido por un grupo de vecinos que consiguieron reducirlo, a pesar de que al parecer les amenazó con el arma blanca, hasta la llegada primero de la Policía Local y después de los efectivos de la Ertzaintza.

El departamento de Interior no ha facilitado más información sobre estos hechos aunque sí ha indicado que el detenido permaneció un año en la cárcel en 1993 por un delito de violación y que cuenta en su historial policial con antecedentes por delitos de violencia de género y de amenazas de muerte.

El hombre continúa en dependencias policiales y no se espera que pase a declarar ante la autoridad judicial hasta mañana.

En declaraciones a EFE-Televisión varios vecinos de la localidad se han mostrado hoy "preocupados" y "disgustados" por estos hechos.

En concreto, un hombre padre de una niña, ha explicado que la plaza donde tuvo lugar el suceso es una "zona muy tranquila" donde "los niños siempre están jugando".

Ha reconocido que el suceso de ayer puede hacer cambiar esta situación y que a partir de ahora los padres no dejen jugar a sus hijos solos en este lugar.

Otro residente en la zona se ha lamentado de que la Ertzaintza "tapara" la cara al detenido cuando salió arrestado del edificio donde residía la niña.

"Los vecinos seguimos sin saber quién es. Aquí vivimos familias con niños y necesitamos saber quién es ese sujeto", ha dicho.

Ha reconocido que siente "preocupación" tras lo ocurrido porque hasta hora los vecinos "dejaban a los críos tranquilos", mientras les vigilaban "mirando un poco por la ventana o se tomaban algo en el bar."

"En condiciones normales estaría la cría (en alusión a su propia hija) por aquí, pero hoy he querido bajar de vigilante, aunque sabemos que igual no vuelve a ocurrir nunca y es un hecho aislado", ha dicho este vecino y ha señalado que, al igual que los adultos del barrio, las niñas "también están intranquilas" y que su hija ha pasado una mala noche por todo lo sucedido.