Fontiveros, la localidad abulense de la que era natural la joven de 16 años fallecida ayer en accidente de tráfico, ha enterrado hoy a la víctima en medio de la consternación general. Un sentimiento que se extiende según se van conociendo nuevos datos de la tragedia. Todo apunta al exceso de velocidad del autobús escolar que conducía un hombre de 62 años, que ha sido detenido nada más ser dado de alta de las heridas leves que presentaba tras el accidente.
Las imágenes de la gasolinera frente a la que se produjo el accidente, como los datos del tacógrafo del autobús escolar siniestrado, como los propios testimonios de las víctimas del accidente, apuntan a que el microbus circulaba a una velocidad claramente excesiva. Algo que sobre el terreno, el equipo de TELEMADRID desplazado al lugar de los hechos pudo comprobar siguiendo las marcas de las ruedas. Apenas sin tiempo para frenar, y tomando la curva como si fuera recta, el microbus saltó un ceda el paso, atravesó el carril del sentido contrario y fue a darse de lleno contra el guardarril del carril del sentido contrario, arrancándolo de cuajo. El vehículo dio al menos dos vueltas de campana antes de quedar tendido ruedas arriba en un sembrado, a dos metros de profundidad.
La Guardia Civil de Tráfico de Arévalo, el pueblo más importante de la zona, sigue investigando el siniestro, pero en cualquier caso el conductor ha pasado a disposición judicial acusado de un delito de homicidio imprudente. La juez que lleva la instrucción le ha dejado, tras declaran, en libertad con cargos, porque considera que no existe en su caso riesgo de fuga.
Tanto los padres como los estudiantes que transportaba ya se habían quejado de la forma en que este conductor llevaba a los escolares. Al parecer, era habitual que condujera muy rápido, para llegar a tiempo a destino.