| Canal Devermut
(Actualizado

"Internet es un espacio peligroso, pues, aunque ayuda a mucha gente a abrir su mente, también permite lanzar mensajes de odio que pueden hacer mucho daño", ha afirmado a Efe Devermut, una pareja de chicas que utilizan los recursos de la web para visibilizar y normalizar el colectivo LGBT+.

Marta y Sara son los nombres que se esconden detrás de Devermut, una cuenta de Youtube con cerca de 300.000 suscriptores que tiene como objetivo "dar herramientas" -recomendaciones de artículos y libros o reseñas de otras cuentas sobre el mismo tema, entre otras-, a sus seguidores para que se documenten y puedan debatir "los argumentos misóginos u homófobos que se lanzan tanto en Internet como fuera".

Un canal LGTB para apoyar al colectivo homosexual

El canal Devermut surge "en el sofá de casa hace casi tres años, cuando nos enteramos de un suceso trágico: un niño que se había suicidado porque en el colegio le llamaban 'maricón'...", han explicado.

Devermut se nutre con más de 130 vídeos, entre los que figuran títulos como "Si nos tocan a una, nos tocan a todas", "Mamás lesbianas o bisexuales", "¿Chicas o chicos?" o "Diccionario LGBT+", lo que ha convertido a Marta y Sara en "el referente que nosotras no tuvimos" entre el colectivo homosexual.

El discurso de odio en Internet

Las personas LGTB+, los musulmanes y las mujeres son los colectivos que más sufren el discurso de odio en Internet, según datos del Consejo Europeo, aunque estas 'influencers' coinciden en que "nosotras sufrimos más por ser mujeres que por lesbianas, ya que se penaliza la libertad de la mujer".

En su opinión, "el humor es divertido cuando es horizontal: es decir, te metes con tu misma categoría, o de abajo a arriba; pero no cuando es al revés", ha señalado la pareja, para la que "por ejemplo, un hombre blanco puede hacer humor con el colectivo de los blancos, pero no con quienes sufren la opresión, que en este caso serían los negros".

Las 'youtubers' han concluido que "al final, el discurso del amor gana al discurso del odio" en Internet y han puesto como ejemplo de ello la creciente aceptación del colectivo LGBT+, ya que "al principio costó mucho concienciar, pero ahora hemos conseguido que esté muy mal visto y que sea ya políticamente incorrecto llamar a una mujer 'bollera' en su cara".