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El 11 de Octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña. Madrid, como símbolo para reivindicar la igualdad de oportunidades en el futuro de las niñas, ha colocado una leona, de tamaño natural, junto a los dos leones del Congreso de los Diputados. Con un lema:

"Cambiemos la historia, para que no tarde cien años en cambiar."

Muchas son las actuaciones feministas para dar voz a todas las niñas. Como la iniciativa de La ONG Plan International en la que a través de una web, las adolescentes y jóvenes indicarán en el mapa de su ciudad dónde se sienten más o menos seguras en la capital.

Este año se centra en la educación de las chicas porque unos 600 millones de niñas que ahora son adolescentes se incorporarán al mercado laboral durante la próxima década.

Pero, este es uno de los miles de datos que le siguen:

¿Por qué es necesario un "Día de la Niña"?

Dentro de los objetivos que tiene este día es romper con los estereotipos sexistas y de género, las normas sociales y los prejuicios subconscientes para que las niñas dispongan de las mismas oportunidades académicas y profesionales que los niños. Sin duda, la mejor forma para abatir los roles es la educación.

Las grandes superficies dividen las zonas de juguetes entre rosa y azul, sin embargo, ni los colores ni los juguetes tienen género, son para jugar. Niñas y niños por igual.

Érase una vez, en un lugar no muy lejano vivía una princesa, todas las noches antes de dormir leía Morder la manzana mientras su cabecera aguantaba los libros de Simone de Beauvoir. Un buen día se cortó el pelo, se tatuó el brazo entero y tiró los tacones de cristal por la ventana. Se fue de fiesta con su madrastra, la cual no era mala. Luchó contra grandes leones, furiosos dragones y malvados enemigos. Nunca necesitó a nadie para salvarse, lo hizo a sí misma. No comió perdices sin embargo, fue feliz. Y colorín, colorado... el cuento ha cambiado...

Estos son 8 libros indispensables que no pueden faltar en la cómoda de tu hija e hijo

Necesitamos mujeres con libros pero, sobre todo, libres. Para de esta forma, romper con un techo de cristal que aún agrietado, sigue existiendo. Para curar la brecha salarial que tiene más de abismo que de brecha. Dando alas y no anillos a todas aquellas niñas que son obligadas a casarse. Y, acabar una vez por todas con la mutilación genital femenina, la cual sigue aprobada en 29 países. El refranero español se equivocaba y quien bien te quiere te hará soñar.

La lucha por la igualdad y equidad de derechos entre mujeres y hombres está progresando, ojalá algún día el 11 de octubre no conmemore ninguna fecha especial. Eso querrá decir, que habremos aprendido a respetarnos.

Quizá Sabina tenía razón y "las niñas ya no quieren ser princesas", o sí, pero, porque serán lo que quieran ser.