Guillermo ha perdido ocho kilos en tres meses. Podría parecer el reclamo de una dieta, pero lo cierto es que lo ha conseguido durmiendo más. Así de sencillo. Ahora descansa seis horas cada noche mientras que antes permanecía despierto veinte horas al día. Este joven de 33 años creía que "al dormir poco el cuerpo iba a estar mucho más activo y por tanto adelgazaría, pero me he dado cuenta que no. Todo lo contrario".
Acude desde hace tres meses a la Clínica Cristina Álvarez para mejorar su calidad de sueño y para tratarse de su problema con los ronquidos que también le impedían descansar bien. El médico cirujano de este centro de medicina estética Cárlos Gómez afirma que "al dejar de dormir, vamos a dejar de reparar muchos tejidos y muchos sistemas con lo cual nuestro sistema endocrinológico también puede ir a menos y nuestro metabolismo se ralentiza".
Si esto ocurre el organismo almacena más grasa, porque por ejemplo durmiendo menos de lo aconsejable se gasta hasta un 20% menos de calórias en tareas tan básicas y simples como respirar. Hay otra realidad: cuanto menos se duerme... más se come.
La falta de sueño además afecta al sistema neurológico. Por eso ante persistentes síntomas de irritabilidad, de cansancio o de falta de concentración debemos plantearnos acudir a un centro especializado o bien mejorar nuestros hábitos de sueño. Como reglas de oro no debemos cenar copiosamente, no conviene irnos a la cama con el móvil o el portátil y en ningún caso debemos dormir menos de seis horas al día.