El consumo de zinc en la dieta se asocia a una vejez con mejor salud
La ingesta adecuada y suficiente de este elemento contribuye a un envejecimiento saludable
Se encuentra en carnes, cereales, leche y productos lácteos
Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid y el área de Epidemiología y Salud Pública del CIBER (CIBERESP) concluye que el consumo de zinc a través de la dieta se asocia con un menor riesgo de deterioro de la función física y síndrome de fragilidad en personas mayores de la cohorte española Seniors-ENRICA (Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular).
Se ha analizado información de 2.963 adultos mayores españoles. Los resultados se han publicado recientemente en la revista Journals of Gerontology: Series A Medical Science.
El zinc es un mineral con funciones esenciales para la salud humana. Interviene en mecanismos moleculares como mediador de estrés antioxidante y antiinflamatorio, de manera que podría ser un nutriente clave en procesos asociados al envejecimiento no saludable, como el deterioro de la función física y la fragilidad, en parte causados por un estado de inflamación de bajo grado.
En cuanto a los posibles mecanismos implicados en esta asociación, destaca la intervención del zinc en la producción de citoquinas inflamatorias por la proteína A-20 y en la regulación de proteínas implicadas en la activación de enzimas con función antioxidante que participan en la reducción de radicales libres, y que a su vez previenen respuestas inflamatorias.
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En concreto, el deterioro de la función física y la fragilidad son condiciones que manifiestan un envejecimiento no saludable que pueden llevar a la discapacidad y muerte prematura.
Por ello, el foco está puesto en identificar factores específicos de la dieta que puedan estar asociados a estas condiciones para diseñar estrategias enfocadas al estilo de vida que prevengan o ralenticen el deterioro físico en personas mayores.
Verónica Vega-Cabello, Esther Lopez-Garcia y Ellen Struijk, autoras principales del trabajo indican que estos resultados sugieren que una ingesta adecuada y suficiente de zinc, que se puede lograr a través de una dieta saludable que incluya alimentos ricos en este nutriente, como carnes, cereales, leche y productos lácteos, podría contribuir a preservar la función física en personas mayores y contribuir a un envejecimiento saludable.
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