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En 2023 766 personas pidieron la eutanasia en España, un 24,8 % más que en 2022, de las que 334 recibieron la ayuda para morir, según los datos publicados este jueves por el Ministerio de Sanidad, que reflejan, no obstante, que una cuarta parte de los solicitantes falleció antes de que se resolviera su demanda.

Por comunidades, Madrid fue la segunda en número de solicitantes con 89, por detrás de Cataluña (219), pero en cuanto al cumplimiento de la prestación de ayuda para morir la región madrileña ha registrado un 39%, por debajo de la media nacional del 44%.

El número total de solicitantes de eutanasia en España desde que se aprobó la ley (LORE) en 2021 se eleva así a 1.515 y a 697 las practicadas, de acuerdo con el "Informe de Evaluación Anual 2023 sobre la prestación de ayuda para morir en España" del Ministerio.

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Menos del 3 % de pacientes a los que se reconoció el derecho cambiaron de opinión y revocaron la prestación

De esta forma, 2023 ha sido el año en el que más demandas de este derecho se han atendido tras las 576 contabilizadas en 2022 y las 173 de 2021, si bien hay que tener en cuenta que la ley entró en vigor en junio de ese año, por lo que esta cifra se ciñe solo al segundo semestre.

Con todo, la tasa de mortalidad por eutanasia en 2023, fue del 0,0767% del total de fallecimientos, lo que refleja que "sigue siendo una opción minoritaria y altamente regulada", destaca el documento.Solo el 3 % cambia de opinión

Tres de cada cuatro solicitudes presentadas el año pasado (el 76%) se aceptaron; menos del 3% de pacientes a los que se reconoció el derecho cambiaron de opinión y revocaron la prestación, mientras que 33 pidieron aplazarla una vez aprobada, apenas un 4 % del total.

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Por contra, 188 se denegaron; 78 solicitantes presentaron reclamaciones a la negativa ante la Comisión de Garantía y Evaluación de Eutanasia (CGyE), que acabó estimando favorables más de la mitad (58%).

Sin embargo, cerca del 25% (190 personas), murieron durante el proceso, con un tiempo promedio de 30 días entre que hicieron la solicitud y su fallecimiento. En total, desde 2021 han sido 374 los solicitantes que han muerto aguardando una respuesta.

En este sentido, la media de espera se sitúa en 67 días entre la solicitud y el momento de la prestación de la ayuda para morir, con una mediana de 54,2 días.

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MENOS DE 30 AÑOS

El 28 % (215) de los solicitantes de eutanasia de 2023 tenía entre 70 y 79 años, prácticamente el doble que un año antes, lo que les convirtió en el perfil más frecuente; la edad media se situó 68,78 años y la mediana en 78,46.

Del total de peticionarios, 7 tenían menos de 30 años; 19 estaban entre 30 y 39 años; 57 entre los 40 y 49 años; 106 entre 50 y 59 años; 181 entre 60 y 69 y otras 181 superaban los 80, en este último caso también más del doble que un año antes.

La ayuda para morir la pidieron prácticamente por igual los hombres (50,7 %) y las mujeres (49,21 %).Y lo hicieron principalmente por cáncer y enfermedades de tipo neurológico, que tenían el 70 % de los pacientes (35 % en cada caso).

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Uno de los requisitos para solicitar la prestación de ayuda para morir contemplados en la LORE es la capacidad de hecho, es decir, que la persona sea capaz y consciente en el momento de pedir la eutanasia.

Aunque la inmensa mayoría (95%) la tenía en 2023, un 15% estaban en riesgo inminente de perderla. La prestación se realiza de forma preferente en el ámbito de la atención primaria y de la sanidad pública, que prestó el 92% de las ayudas; la mayor parte de los pacientes reclamó que fuera un equipo sanitario el que le diera la medicación (95%) frente a la autoadministración, que solo eligieron 18 personas.

En el 47% de los casos, los pacientes prefirieron recibir la prestación en el hospital y un 44% en su domicilio. Un 12,5 % se acogieron al programa de donación de órganos de acuerdo con el protocolo específico establecido.