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Orinar en la calle, tirar una colilla, mendigar o practicar la prostitución en la vía pública son infracciones castigadas en muchas ciudades europeas, aunque las multas varían desde 35 euros hasta 3.000 y en muchos casos las autoridades hacen la vista gorda. Madrid, donde el Ayuntamiento ha propuesto una ordenanza sobre convivencia que entraría en vigor en 2014, será sin embargo una de las ciudades donde será más caro - hasta 750 euros- tirar una colilla al suelo, una infracción que se equipara con solicitar servicios de prostitución o pedir limosna en la calle.

En la mayor parte de las ciudades europeas existen sanciones para los que ensucian la ciudad, que se cumplen en menor o mayor medida, mientras que la prostitución y la mendicidad reciben distinto trato según se trate de proxenetismo o de bandas organizadas.

Suiza es uno de los países de Europa más permisivos con la prostitución, que está legalizada y regulada, y sólo la ciudad de Zurich ha establecido a las afueras una zona llamada "garajes del sexo" para alejar a las prostitutas del centro.

Tampoco existen en este país multas contra la mendicidad o por ensuciar las ciudades, que a tenor de su pulcritud no las necesitan.

En Holanda cuestiones como orinar o tirar basura a la calle, incluidas las colillas de los cigarrillos, se castiga en ambos casos con una multa de 130 euros, pero ser cliente de la prostitución en sí mismo es legal y no se sanciona de ninguna manera.

"Tirar un papel o una colilla es punible, pero no reaccionamos ante eso si lo vemos en la calle, porque entonces no haríamos nada más", señaló a Efe el portavoz de la policía de Amsterdam Rob van der Veen.

En el Reino Unido, la prostitución no es un delito, pero es ilegal ofrecer servicios de sexo en lugares públicos.

Además, las autoridades de momento no fijan multas por orinar o escupir en las calles, con excepción del barrio londinense de Waltham Forest, en el noreste de la capital británica, donde se castiga con 95 euros.

Pero la mendicidad no está penalizada y la ley prevé una multa de unos 1.190 euros sólo en el caso de que la persona cause daños materiales o disturbios en la calle.

En los últimos años los ayuntamientos de varias ciudades francesas, sobre todo de zonas turísticas como Niza, Marsella, Montpellier o Chartres, han emitido decretos que prohíben la mendicidad particularmente durante el periodo estival.

En París esta práctica está proscrita en los Campos Elíseos, y orinar en la vía pública está castigado con una multa de 35 euros.

En Italia, hace algunos meses estalló la polémica cuando el ayuntamiento de Roma introdujo multas para quienes comiesen cerca de los monumentos y lo mismo ocurre en otras ciudades como Venecia.

Con una ordenanza municipal, la ciudad de Ferrara multa con hasta 100 euros a quienes arrojen al suelo las colillas de los cigarros y muchos ayuntamientos cercanos a la costa también castigan a quienes pasean en bañador por la ciudad.

En Viena, la mendicidad puede ser sancionada con un máximo de 700 euros, pero sólo si se ejerce "de forma agresiva y comercial", una medida dirigida contra la llamada "mafia de los mendigos" que supuestamente procede de Europa del Este.

Ofrecer servicios sexuales en la calle está prohibido en zonas residenciales, donde la multa es de hasta 500 euros, mientras que orinar en la calle sale más caro, 790 euros.

En Budapest la multa por esta misma ofensa es de 67 euros, mientras que en algunas zonas donde están vetados los sin techo pueden ser sancionados con hasta 500 euros y 60 días de cárcel.

En Moscú corresponde a las autoridades decidir a quién, por qué y con cuánto se multa a las personas, ya que no hay medidas concretas para mendigos, clientes de prostitutas o a los que ensucian u orinan en las calles, a los que se puede englobar -o no- bajo el amplio delito de "gamberrismo leve" y multar con entre 13 y 25 euros.

Eso sí, los fumadores deben tener cuidado a la hora de tirar colillas, porque pueden ser acusados de violación de la seguridad contra incendios, infracción sancionada con entre 25 y 37 dólares.

Esa misma infracción conlleva una teórica multa de 3.000 euros y hasta un año de cárcel por el riesgo de incendio en Grecia, donde ensuciar la calle se castiga con 1.800 euros, pero en la práctica estas sanciones jamás se aplican y la policía se limita a perseguir a las bandas o padres que obligan a sus hijos a mendigar.

En Berlín la prostitución está regulada y no está prohibido dormir en la calle, pero sí en estaciones de metro o tren, aunque en los inviernos especialmente duros se dejan abiertas toda la noche para que los mendigos se refugien en ellas.

Por su parte, el ayuntamiento de Bruselas sanciona por realizar "actividades incívicas", como no recoger los desechos de las mascotas, orinar en espacios públicos o comerciar sin permiso en zonas comunes, según un reglamento revisado en abril de este año y que impone multas de entre 50 y 250 euros.

Así, orinar en un lugar público puede costar hasta 250 euros, mientras que sacar las bolsas de basura fuera de los horarios de recogida establecidos se sanciona con hasta 50 euros por bolsa y entre 75 y 150 euros de multa administrativa.