El titular de Interior francés, Gérald Darmanin, ha pedido a empresas y administraciones públicas que liberen de obligaciones laborales a toda persona que tenga formación de bombero voluntario para poder combatir los fuegos.
Empresas como Carrefour, la que más trabajadores tiene en el país, envió una circular a sus centros comerciales para que den días libres a quienes tengan esa formación, algo que también ordenó la región de Marsella.
El país ha pedido también ayuda europea para hacer frente a la peor ola de incendios que ha asolado el país en años, que han arrasado ya más de 50.000 hectáreas en todo el país y que han superado los medios humanos y materiales para la lucha contra el fuego.
El presidente, Emmanuel Macron, que se encuentra de vacaciones en la residencia estival de Bregançon, anunció a través de la red social Twitter que los más de 10.000 bomberos franceses desplegados en la decena de fuegos declarados en el país serán reforzados con efectivos de Alemania, Grecia, Polonia, Rumanía y Austria.
El Elíseo precisó que tendrán ayuda de la Comisión Europea, que se ha encargado de coordinar la llegada de cuatro aviones, dos desde Grecia y dos desde Suecia, para incorporarse enseguida a las labores de extinción.
El país afronta una profunda sequía y temperaturas récord, lo que está contribuyendo a agravar la situación. El principal foco de preocupación está siendo el departamento de la Gironda, en el suroeste, que en lo que va de verano concentra casi la mitad de la superficie que ha ardido en el país.
Tras el incendio que en julio arrasó 12.000 hectáreas, el pasado martes se reavivaron las llamas y ya son otras 7.400 las que han sido pasto de las llamas, lo que ha obligado a desalojar a unas 10.000 personas de sus hogares.