La Gendarmería francesa confirmó hoy que los equipos especializados enviados al lugar en el que se estrelló el pasado martes el avión de Germanwings con 150 personas a bordo no han encontrado ni un solo cuerpo intacto.
El coronel Patrick Touron, coordinador de los equipos, dijo a la prensa en la localidad de Seyne-les-Alpes que las muestras de ADN van a constituir un elemento de identificación "determinante", dado el nivel de degradación observado en los restos.
Las muestras biológicas recogidas sobre el terreno, como restos capilares o dentales, según detalló, son guardadas en congeladores mantenidos a 20 grados bajo cero, completamente selladas para poder ser analizadas con posterioridad.
La mayor dificultad de las labores de recogida radica en el entorno en el que se produjo el choque, unas cumbres con pendientes de entre 40 y 60 grados que requieren que los investigadores vayan acompañados de expertos en montaña y que tanto los expertos como el material sean trasladados en helicóptero.
El coronel sostuvo que ha ordenado que se notifique al momento el hallazgo de cualquier elemento que identifique a los miembros de la tripulación y añadió que, en cuanto se localicen restos del copiloto, sospechoso de haber estrellado el avión de forma voluntaria, el fiscal podrá proceder a las investigaciones que desee al respecto.
El representante de la Gendarmería de Alpes de Haute-Provence detalló que el impacto del choque provocó incluso que algunas rocas se hayan visto recubiertas de restos humanos, lo que ha obligado a utilizar técnicas muy específicas para su extracción.
Los trabajos avanzan con eficacia, pero Touron no pudo determinar cuándo se darán por finalizados: "Si las condiciones meteorológicas son desfavorables tendremos mucha dificultad, y todo el mundo sabe que la montaña es algo imprevisible".
"HAY MÁS MUERTOS QUE HABITANTES EN LE VERNET"
Al alcalde de Le Vernet, François Balique, el accidente del avión de Germanwings le sorprendió camino de París, ajeno a una tragedia que "ha enlutado a todo el pueblo", que se siente solidario y cercano a los afectados por la tragedia.
"Hay más muertos que habitantes tiene Le Vernet", asegura el regidor de esta pequeña aldea alpina que lleva dos días recibiendo a familiares de las víctimas.
Su pueblo tiene 140 almas y es el punto habitado más cercano al lugar donde colisionó el martes el A320 que cubría el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf, provocando la muerte de sus 150 ocupantes.
Muchos de sus vecinos vieron el vuelo bajo del avión y, aunque nadie presenció el impacto, ahora Le Vernet se ha convertido en un lugar conocido.
A las afueras del pueblo, justo frente al sendero que conduce hasta la montaña del accidente, una pequeña estela con un texto en francés, español y alemán se ha convertido en el lugar de peregrinación de las familias de los fallecidos.
"No tienen sus cuerpos, así que no les pueden dar un entierro. El único sitio que tienen para rendirles homenaje es este. Ojalá pronto puedan tenerlos, enterrarlos en sus pueblos, junto a sus familias", afirma Balique.
El alcalde de Le Vernet se ha criado en la montaña. Conoce sus tesoros y sus riesgos, que han dejado más de una cicatriz entre los habitantes de la aldea.
El alcalde de Le Vernet escuchó a los familiares que llegaron ayer en grupo procedentes de Barcelona y de Düsseldorf y a los que hoy de forma puntual se acercaron al pueblo. Escuchó su dolor y su sufrimiento. Y su impotencia por no poder decir adiós a sus seres queridos como les gustaría.
Por eso abre las puertas de su pueblo. Pero cuando acabe la investigación, cuando los focos mediáticos se marchen de Le Vernet, cuando la pequeña aldea alpina recupere la calma, a su alcalde le gustaría que el pueblo fuera el punto de partida hacia la montaña que les robó a sus familiares.