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La Guardia Civil ultima una orden para fijar el aspecto físico de sus agentes. Cómo pueden ir peinados, si se pueden llevar piercings e incluso si deben tapar tatuajes. La última ordenanza sobre aspecto data de 1996. Para algunos se ha quedado antigua.

La Guardia Civil quiere cuidar su imagen. Nada de estridencias: ni tatuajes, ni pelo largo, ni barbas pobladas. Los piercings, erradicados.

El cuerpo ultima una ordenanza para regular lo que está permitido y lo que no, en cuanto imagen y estética, a sus agentes.

Ya pasó la época en que era habitual ver grandes bigotes y patillas a los de la Benemérita.

La norma también regulará el aspecto físico de las agentes. Podrán llevar mechas o reflejos pero nada de tintes llamativos. Tampoco pendientes largos. La laca de uñas, lo más natural posible. El maquillaje, discreto, y el lápiz de ojos, sólo en el contorno.

Mucho más permisivo en esto el cuerpo de Legionarios, tradicionalmente el que permite más excentricidades a los suyos. Barbas largas, tatuajes y bigotes poblados están autorizados y son de uso corriente.

Son la excepción a la regla, porque tanto en el Ejército como en la Policía, el aspecto físico sí está muy regulado.