| Christine Pullian(CFA)
(Actualizado

El telescopio espacial Spitzer de la NASA ha hallado un planeta gaseoso en las profundidades de la Vía Láctea. Concretamente, el nuevo mundo se encuentra a una distancia de 13.000 años luz de la Tierra, por lo que es uno de los planetas vecinos más lejanos conocidos.

El descubrimiento puede ayudar a los expertos a resolver el rompecabezas de cómo se distribuyen los planetas a través de la galaxia y, más concretamente, en una galaxia espiral como es la Vía Láctea. Actualmente, los científicos se preguntan si los planetas están concentrados en gran medida en su eje central, o si están repartidas uniformemente a lo largo de sus suburbios.

"No sabemos si los planetas son más comunes en el bulbo central de la galaxia o en el disco de la galaxia, por lo que estas observaciones son muy importantes", ha indicado una de las autoras principales del hallazgo, Jennifer Yee, del Centro Harvard-Smithsoniano para la Astrofísica (CfA).

Este trabajo, que ha sido publicado en 'Astrophysical Journal', se ha logrado en colaboración con el Telescopio OGLE en el Observatorio Las Campanas (Chile), que escanea los cielos en busca de planetas usando un método llamado microlente. Este se produce cuando una estrella pasa por delante de otra y su gravedad actúa como una lente para magnificar e iluminar la luz de la estrella más distante. Si sucede que la estrella en primer plano tiene en órbita un planeta, éste causa un 'problema' pasajero en la ampliación.

Los astrónomos están utilizando estos repuntes para encontrar y caracterizar planetas a hasta 27.000 años luz de distancia en la protuberancia central de la galaxia, donde los cruces de estrella son más comunes.

"Los experimentos microlente ya están detectando planetas de la vecindad solar y en casi el centro de la Vía Láctea", ha apuntado el coautor Andrew Gould. "Nos dicen la eficiencia relativa de la formación de planetas a través de esta enorme extensión de la galaxia", ha precisado.

Microlente complementa otras herramientas de búsqueda de planetas, como la misión Kepler de la NASA, que ha encontrado más de 1.000 planetas. Pero se enfrenta a un problema clave: observando con este método no siempre se puede clarificar la distancia a la que se encuentra el nuevo mundo hallado.

Así, la NASA explica que, de los aproximadamente 30 planetas descubiertos con microlente hasta el momento, la mitad no puede ser inmovilizada a una ubicación precisa. El resultado es como un mapa del tesoro planetario carente de X.

COMO SE HIZO

Los expertos apuntan que ahí es donde Spitzer puede echar una mano, gracias a que circunda el Sol y está, actualmente, a unos 207 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. De este modo, cuando Spitzer observa un fenómeno en microlente al mismo tiempo que un telescopio en la Tierra, se puede comprobar el desfase debido a la gran distancia entre los dos telescopios y sus puntos de vista único.

En el caso del planeta recién descubierto, la duración del evento de microlente pasó a ser inusualmente largo, alrededor de 150 días. OGLE detectó el inicio del evento, y Spitzer comenzó a monitorearlo. Ambos telescopios detectaron un bache planetario delator, aunque Spitzer lo observó 20 días antes.

Los científicos utilizaron este retardo de tiempo con OGLE para calcular la distancia a la estrella y su planeta. Conocer la distancia permitió a los científicos determinar también la masa del planeta, que es aproximadamente la mitad que la de Júpiter.