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Investigadores del Instituto Karolinska, en Suecia, han descubierto que una sustancia llamada Vacquinol-1, que se puede dar en forma de comprimido, hace que las células de glioblastoma, el tipo más agresivo de tumor cerebral, literalmente exploten.

Cuando se la administraron a ratones con esta clase de cáncer, el crecimiento del tumor se invirtió y se prolongó su supervivencia, según las conclusiones de su trabajo, publicadas en la revista 'Cell'.

Los tratamientos establecidos que están disponibles actualmente para el glioblastoma incluyen la cirugía, la radiación y la quimioterapia, pero incluso con estas terapias, la supervivencia media es de sólo 15 meses. Por tanto, es fundamental encontrar mejores tratamientos para los tumores cerebrales malignos.

UN MECANISMO NUEVO

Estos científicos del Instituto Karolinska y colegas en la Universidad de Uppsala, también en Suecia, han descubierto un mecanismo completamente nuevo para eliminar las células tumorales en el glioblastoma. Inicialmente, estos expertos expusieron las células tumorales a una amplia gama de moléculas.

Si las células cancerosas morían, la molécula se consideraba de interés para estudios posteriores, que inicialmente se realizaron con más de 200 tipos de moléculas. Después de extensos análisis, identificaron una sola molécula como de particular interés.

Estos científicos detectaron que la molécula provocó en las células de cáncer una vacuolización (formación de cavidades) no controlada, un proceso en el que la célula lleva sustancias de fuera de la célula a su interior. Este proceso se realiza a través de las vacuolas, que más o menos se pueden describir como ampollas o bolsas de membranas celulares.

El proceso es similar al planteamiento que estaba detrás del Premio Nobel de Fisiología o Medicina del año pasado, un descubrimiento que describe cómo las vesículas celulares llevan elementos desde el interior de la célula a su superficie. Cuando se llenaron las células cancerosas con una gran cantidad de vacuolas, las membranas de las células (las paredes exteriores de la célula) se colapsaron y la célula simplemente se necrosó y explotó.

"Éste es un mecanismo completamente nuevo para el tratamiento del cáncer. Por tanto, es posible diseñar un medicamento sobre la base de este principio para atacar el glioblastoma de una forma completamente nueva. Este principio también puede funcionar para otras enfermedades cancerígenas que todavía no hemos explorado", destaca Patrik Ernfors, profesor de Biología del Tejido en el Departamento de Bioquímica Médica y Biofísica del Instituto Karolinska.

Los científicos hicieron que ratones con células de glioblastoma humanas trasplantadas tomaran la sustancia durante cinco días. La supervivencia media fue de unos 30 días para el grupo de control que no recibió la sustancia mientras que seis de los ocho roedores a los que se les administró seguían con vida después de 80 días.

"Ahora, queremos tratar de llevar este descubrimiento de la investigación básica hasta el desarrollo preclínico y realizar todo el camino hasta su aplicación clínica. El objetivo es comenzar un ensayo de fase 1 con esta sustancia", adelanta Patrik Ernfors.