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Los tonos pastel y la ultrafeminidad de los diseños de Teresa Helbig han abierto esta mañana la segunda jornada de la Cibeles Madrid Fashion Week. Después han tomado la pasarelos los siempre llamativos colores y formas de Agatha Ruiz de la Prada. Roberto Torretta, por su parte, se inspira en el uniforme urbano para regresar a lo que él mismo llama minimalismo de los 90.

En la segunda jornada de Cibeles Madrid Fashion Week se verán las propuestas de los creadores Teresa Helbig, Agatha Ruiz de la Prada, Roberto Torretta, David Delfín, Francis Montesinos, Devota&Lomba, Hannibal Laguna y Kina Fernández para la próxima temporada primavera-verano 2012.

Romanticisimo ultrafemenino y chic para la apertura de la segunda jornada de la 54 edición de Cibeles Madrid Fashion Week. Teresa Helbig presenta a una mujer rendida ante el glamour de Cannes para su nueva colección de verano 2012: "un tributo a la artesanía y la calidad".

La diseñadora apuesta por los minivestidos metalizados con una combinación cromática que gana protagonismo sobre los demás colores de la temporada: dorado-rosa. Los tonos pastel son los preferidos de Teresa para lucir en la próxima época estival, haciendo hincapié en el beige y el camel.

Abrigos de verano, monos, faldas, pantalones de ante y blusas. Todo con algún detalle de volantes y coronados con sofisticados botines de piel de pitón y plataforma dorada. Como prenda estrella, los trench que llevan incorporados una falda de vuelo, de la que sobresale un toque de tul, material que le da ese maravilloso toque de romanticismo francés.

Todo esto antes de dar paso a los estampados de rayas en colores flúor, pero siempre respetando la máxima de ir combinadas con el color neutro por excelencia en esta colección: el beige.

En cuanto a los materiales, Helbig ha trabajado con tejidos naturales como el de piña, el lamé de lurex y el ante trenzado de forma artesanal, además de las gasas de seda. Los tonos elegidos son los neutros y el nude, aunque Teresa en algunos momentos se permite el lujo de romper con fuerza utilizando el morado.

Al caer la noche, aparecen los vestidos largos muy plisados y con mucho vuelo, dejando a un lado la idea de marcar silueta y ofreciendo a la mujer mayor amplitud de movimiento. Los drapeados en el escote y las espaldas al aire son la línea que sigue Teresa Helbig en esta parte de la colección.

Una vez más, los colores suaves son la tónica de la pasarela: blanco roto, amarillo pálido y hasta un rosa morganita desgastado que muta en nude en función de la luz. El verde clorofila rompe con la monotonía y se convierte en la apuesta fuerte de la noche, momento del día en el que el georgette de seda y los cortes sofisticados se convierten en protagonistas femeninos.

Finalmente, hay que destacar que esta colección es la primera en la que la diseñadora presenta una línea de bolsos artesanos realizados mediante la misma técnica y tejidos de los vestidos de la colección