Hudson Yards, el nuevo skyline de Manhattan
Tendrá parques, una línea de metro y más de una decena de rascacielos
Aunque Manhattan es uno de los lugares más superpoblados del mundo, en su limitado territorio todavía queda una extensa área sin explotar: se llama Hudson Yards y, cuando se acabe el mayor proyecto urbanístico de la historia de Nueva York, transformará para siempre el "skyline" de la ciudad.
Por ahora pocos saben situar en el mapa esa desolada zona que abarca desde la calle 30 hasta la 42, entre las avenidas 8 y 12, donde abundan los aparcamientos, los viejos raíles de trenes de mercancías, las cadenas de comida rápida y los solares.
En una vista aérea sobre la isla, ese terreno aparece como un gran vacío, un hueco en la ciudad de los rascacielos hasta el que no ha llegado todavía el desarrollo desenfrenado que tan evidente queda a tan solo una sola avenida, en Times Square.
Pero el proyecto imagina (eso sí, con la ayuda de unos realistas bocetos) un nuevo barrio construido desde cero que contará con unos 20.000 apartamentos, un gran centro cultural, hoteles, múltiples parques, una nueva línea de metro y más de una decena de rascacielos.
"Será el nuevo corazón de Nueva York", ha asegurado el fundador y presidente de Related Companies, la principal promotora junto a Oxford Properties de este plan, en el que también están involucradas las autoridades neoyorquinas -es uno de los "bebés" del alcalde Michael Bloomberg- y múltiples firmas de diseño y arquitectura.
La iniciativa llevaba años gestándose, pero no fue hasta 2005 cuando empezó la recalificación de suelos y, tras un largo proceso de licitación, no se puso la primera piedra hasta diciembre pasado.
Poco a poco este titánico proyecto de 12.000 millones de dólares, el más ambicioso de la historia de Nueva York y uno de los mayores de capital privado de todo el país, empieza a tomar forma y esta misma semana se dieron a conocer los detalles del que será uno de sus mayores rascacielos: 3 Hudson Bulevard.
Situado en la intersección de la calle 34 con la avenida 11, este edificio de 305 metros de altura impulsado por la promotora Moinian costará entre 800 y 900 millones de dólares, albergará tanto oficinas como viviendas y contará con una azotea de dos pisos.
Pero ése no es el mayor rascacielos previsto para Hudson Yards. La promotora Related, que se encarga del lavado de cara del área que abarca desde la calle 30 hasta la 33, entre las avenidas 10 y 12, elevará la llamada Torre Norte a 407 metros, rozando la altura del Empire State Building.
La promotora ya está construyendo la Torre Sur, prevista para 2015 y que ha conseguido que la firma de accesorios Coach acepte trasladar su sede a ese edificio de 273 metros, que también contará con la empresa de cosméticos L'Oreal y la tecnológica SAP como inquilinos.
Además se está encargando de uno de los puntos neurálgicos del proyecto, el Culture Shed, un centro multicultural que será el nuevo hogar de la Semana de la Moda de Nueva York, que ahora se celebra en unas carpas temporales en el Lincoln Center.
Si algo ha conseguido sacar adelante este plan y que las promotoras crean en él ha sido el éxito sin precedentes del High Line, unas viejas vías de tren elevadas que, en lugar de ser destruidas como se llegó a proponer, fueron transformadas en un parque que ha convertido en oro cada barrio que ha cruzado.
Y es que el tercer y último tramo que se está construyendo de ese parque bordea Hudson Yards, ofreciendo el atractivo número de más de cuatro millones de visitantes cada año, que aprovechan el paseo para comprar en las tiendas o comer en los restaurantes que han ido floreciendo a sus pies.
Por ello, no es de extrañar que el primer rascacielos en inaugurarse en Hudson Yards, la Torre Sur, se esté erigiendo sobre ese parque, a imagen y semejanza del exclusivo hotel Standard, en el barrio de Meatpacking, también una vieja zona industrial que es ahora la meca de la élite neoyorquina.
El proyecto no habría podido salir adelante sin el compromiso inequívoco de Bloomberg, que ha destinado 3.000 millones de dólares de fondos públicos para prolongar la línea 7 del metro hasta este nuevo barrio, la primera construida en Nueva York en medio siglo.
Además, se está remodelando el centro de convenciones Javits Center y se convertirá una vieja oficina de correos en una estación de ferrocarril. Como por ahora todo es aire, los menos imaginativos pueden acercarse al Instituto Estadounidense de Arquitectura, que alberga hasta el 30 de junio una muestra sobre este gigantesco proyecto.
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