Por primera vez, la Iglesia Católica ha sometido su memoria de actividades, a una auditoría externa. Pretende así dar transparencia máxima a sus actuaciones con el fin de que los fieles sepan a que partidas exactas se destinan sus contribuciones.
En épocas de crisis, sin duda la Iglesia se ha tenido que volcar en la atención de los más necesitados. Desde la institución aseguran, además, que ahorran decenas de miles de millones al Estado.
La Iglesia española gastó en 2011 un total de 818 millones de euros en actividades pastorales, sacramentales y de atención a personas que, de haber sido contratadas a precio de mercado habrían, supuesto un coste de 1.957 millones de euros. De este modo, estima que ahorró 1.139 millones de euros gracias a criterios de "gratuidad y eficacia".
Así lo pone de manifiesto la Memoria Justificativa de actividades de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que, por primera vez, ha sido sometida a una auditaría externa, llevada a cabo por Price Waterhouse Cooper.
El vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, ha explicado que cada euro que se invierte en la Iglesia, rinde como 2,39 euros en su servicio equivalente en el mercado. Concretamente, ha señalado que las actividades mencionadas, si hubieran sido contratadas en el mercado, tendrían un coste de 1.957 millones de euros. Además, ha señalado que se han dedicado 49 millones de horas a la actividad pastoral desarrollada por sacerdotes, seglares y voluntarios.
Por otro lado, la Iglesia atendió en ese ejercicio a más de 4,3 millones en los 7.743 centros asistenciales de la Iglesia. Según ha precisado Barriocanal, como venía sucediendo en años anteriores, en el contexto de la crisis, la Iglesia católica ha incrementado su actividad caritativa y asistencial.