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Una investigación internacional, liderada por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona ha comprobado con ratones que inhibir la proteína 'Galectina-1' (Gal1), implicada en el cáncer de páncreas, alarga la vida de estos animales y los tumores progresan más lentamente, son menos agresivos y hacen menos metástasis.

Según informó este jueves el centro científico, la inhibición de esta proteína podría convertirse en el primer tratamiento efectivo para frenar la progresión del tipo más común de cáncer de páncreas, el adenocarcinoma ductal pancreático (PDA) y para el que no hay ningún tipo de tratamiento curativo. Esta es la conclusión de un estudio internacional liderado por la doctora Pilar Navarro, del IMIM y por el doctor Gabriel Rabinovich del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental de Buenos Aires (Argentina).

La doctora Navarro destacó que "nuestro grupo ya había demostrado anteriormente el potencial de Gal1 como diana terapéutica en PDA, pero esta vez hemos hecho el estudio con un modelo transgénico de ratón desarrollado en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que presenta la mutación más frecuente que se encuentra en los tumores de páncreas".

Los tumores ductales de páncreas se desarrollan en un microambiente tumoral particular, que se considera una de las claves para entender su desarrollo y su resistencia a las quimioterapias convencionales, así como la falta de éxito de nuevos tratamientos, como la inmunoterapia. Dentro de este entorno, favorable a las células tumorales y que las aísla del sistema inmunitario y de los tratamientos, hay unas células llamadas fibroblastos, que son las responsables de la producción de grandes cantidades de Galectina-1. Esta proteína tiene un papel vital en todo el proceso de crecimiento del tumor. Incrementa su proliferación, migración e invasión, es decir, lo hace más agresivo. También es una pieza clave en la creación del entorno favorable a su crecimiento y, a la vez, mantiene el sistema inmunitario deprimido, hecho que permite al tumor permanecer invisible.

Una de las investigadoras firmantes del estudio, la doctora Neus Martínez Bosch confirmó que los resultados obtenidos indican que "la inhibición de Gal1 frena el crecimiento del tumor y restablece la vigilancia de nuestro sistema inmunitario para reconocer y rechazar a las células tumorales, lo que dificulta que el tumor siga progresando".

En este sentido, la doctora Navarro apuntó que "cuando se elimina Gal1 de los tumores, los animales viven más tiempo gracias a que los tumores progresan más lentamente, son menos agresivos y hacen menos metástasis". A pesar de ello, se trata de un estudio preclínico con modelos animales y se tienen que hacer nuevos estudios que validen la inhibición de Gal1 como alternativa terapéutica en humanos. También permitiría abrir una nueva vía para conseguir que la inmunoterapia, que hasta ahora no ha tenido éxito en este tipo de tumor, sea efectiva, utilizando inhibidores de Gal1 solos o combinándolos con los actuales fármacos.