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Don Felipe ha emplazado a los españoles a "reaccionar" y no permanecer "indiferentes o inmóviles" ante el "pesimismo", y ha reclamado a la sociedad una "reflexión rigurosa" para "nunca más volver a caer en errores y excesos inadmisibles" y labrar un futuro con "principios éticos firmes".

El Príncipe de Asturias ha pronunciado su discurso más personal e importante del año durante la ceremonia de entrega de los premios anuales que llevan su nombre, una alocución donde ha tratado de lanzar un mensaje de ánimo y optimismo a la sociedad española, ante unas dificultades que muchas veces se compensan con solidaridad.

La "lección de coraje y solidaridad" que el pasado 24 de julio dieron los vecinos de Angrois que socorrieron a las víctimas del accidente del tren accidentado en Santiago es, para don Felipe, ejemplo, referencia y "estímulo" "para hacer frente al pesimismo, la frustración o la desconfianza que afectan hoy a muchos españoles".

Este ha sido el eje de una alocución salpicada de alusiones al "esfuerzo colectivo", la "capacidad de sacrificio fuera de toda duda" de los españoles y la "gran nación" que, ha apostillado, "vale la pena vivir, y querer y por la que merece la pena luchar".

"Una nación que ha construido millones y millones de ciudadanos a lo largo de los siglos y que hoy, todos juntos, en un proyecto compartido, tenemos la responsabilidad de continuar, en una gran tarea siempre inacabada", ha proclamado.

Con la misma mirada puesta en el futuro, el Príncipe ha remarcado que "la sociedad exige una reflexión rigurosa para nunca más volver a caer en errores y excesos inadmisibles, con la firme aspiración de construir un futuro basado en el rigor, la seriedad, el esfuerzo y la honradez".

Así, la apuesta debe ser por "un futuro solidario, y con principios éticos firmes, en que la integridad inspire nuestra vida colectiva y la gestión de nuestros recursos".

Sus palabras han sido atentamente escuchadas desde el escenario por la Princesa de Asturias y los galardonados, por la Reina, desde el palco de honor del Teatro Campoamor, los ministros de Cultura, José Ignacio Wert; Exteriores, José Manuel García-Margallo, y los 1.600 invitados a la emblemática ceremonia.

DEBEMOS REACCIONAR

Don Felipe ha explicado que no es difícil "comprender y respetar" los sentimientos de pesimismo de muchos ciudadanos, pero a renglón seguido, recordando el ejemplo solidario de los vecinos gallegos de Agrois, ha subrayado: "No podemos permanecer indiferentes o inmóviles; debemos reaccionar".

"Me gustaría animar a que todos ayudemos a superar -y sé que no es fácil- ese estado de ánimo", ha dicho para insistir en que son precisos "los esfuerzos y la colaboración de todos" para "recuperar la ilusión y la confianza que fundamenta cualquier éxito, individual y colectivo, como tantos que hemos logrado en las últimas décadas".

Por ello ha invocado la "capacidad de sacrificio" de los hombres y mujeres de España, cuando "son millones los españoles que cada día batallan para salir adelante con honestidad, con esfuerzo, con valentía y con humildad" y dan así "ejemplo de madurez, de responsabilidad y de conciencia cívica que es justo reconocer".

La solidaridad, ha recordado, está muy presente, y en la familias "los más mayores están dando un gran ejemplo de generosidad, al compartir con los más jóvenes los esfuerzos de una vida llena de sacrificios".

Para el Príncipe de Asturias, en la sociedad no está instalado el "pesimismo insuperable" de otros tiempos pasados y comparte "sentimientos fraternales generados a lo largo de muchos siglos de convivencia", "profundos vínculos familiares e históricos", así como muchas emociones colectiva.

Estos sentimientos de "respeto, estima y afecto que nos han dado forma", ha enfatizado, "debemos preservar y alimentar siempre, y en todo momento, por encima de las tensiones, de las discrepancias y los desencuentros".

Contando con "muchas razones para sobreponernos a la adversidad", don Felipe ha concluido su discurso apelando a una nación "que nunca ha claudicado frente a la adversidad ni ha renunciado a ningún sueño" y ha evocado la obra de los premiados, así como la "dignidad" de los vecinos de Angrois porque "nos hacen ver que hacer las cosas bien es el camino para hacer un mundo y una España mejor".

MUÑOR MOLINA VE A ESPAÑA ASOLADA POR LA IMPUNIDAD DE LOS CULPABLES DE LA CRISIS

El escritor Antonio Muñoz Molina ha lamentado el "desaliento" que genera en el oficio de escribir vivir tiempos de incertidumbre "tan amargos" como los actuales, en un país "asolado por una crisis cuyos responsables quedan impunes mientras sus víctimas no reciben justicia".

En el discurso que ha pronunciado durante la ceremonia de entrega de los premios Príncipe de Asturias, el autor de "Beltenebros" ha hecho una reflexión sobre la actividad de escribir, "un oficio más antiguo y más útil de lo que parece", y que requiere dedicarle "tantas horas y tantos años como un artesano al suyo y que, sin esa dedicación, no logrará completar nada de valor".

En la intervención con la que tradicionalmente el galardonado con el premio de las Letras interviene en nombre del resto de premiados, Muñoz Molina ha considerado "casi frívolo" divagar sobre la falta de correspondencia entre el mérito y el éxito en literatura "en un mundo donde los que trabajan ven menguados sus salarios mientras los más pudientes aumentan obscenamente sus beneficios". "

Es difícil hablar de la perseverancia y el gusto del trabajo en un país en el que tantos millones de personas carecen angustiosamente de él", ha añadido tras lamentar que España se haya convertido en un país "donde la rectitud y la tarea bien hecha tantas veces cuentan menos que la trampa o la conexión clientelar".

En un discurso en el que ha tenido un recuerdo para la canadiense Alice Munro, ganadora este año del premio Nobel de Literatura, Muñoz Molina ha rememorado también la intervención en el mismo escenario del poeta José Hierro, el primer Príncipe de las Letras al obtenerlo en 1981, cuando España aún vivía "bajo el trauma sombrío y reciente de una tentativa de golpe de estado".

Así, ha señalado que Hierro apeló entonces al "aire de libertad" que respiraba España y que "a pesar de todos los pesares" sigue respirándose treinta y dos años después, "el período más largo de libertad que se ha conocido en la historia entera" del país.

"Es importante recordar estas cosas ahora, cuando el porvenir parece en muchas cosas tan incierto como entonces", ha señalado antes de advertir de que los españoles se han acostumbrado tanto a la libertad que corren el riesgo de no apreciarla.

A su juicio, es responsabilidad de todos "salvar" lo que se ganó "gracias a que muchas personas hicieron y hacen bien sus oficios, privados y públicos" y reflexionar sobre "los errores, las inercias y descuidos que es necesario corregir", una tarea en la que, ha apuntado, "los oficios de las palabras podrán ser más útiles que nunca".

AMENAZAS QUE SE CIERNEN SOBRE EL MUNDO DEL CONOCIMIENTO

La socióloga holandesa Saskia Sassen, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2013, ha alertado contra las amenazas que a nivel mundial sufre el mundo del conocimiento en países tan diversos como Afganistán o Estados Unidos. La impulsora del concepto de ciudad global, ha advertido de que dichas amenazas no responden sólo a "ataques amplios y visibles", sino "también a través de despliegues liliputienses, miles de pequeños cortes".

El Premio Príncipe de Asturias de las Artes, el director y guionista de cine austriaco Michael Haneke, ha hecho una profunda reflexión acerca del cine actual. Ha advertido de sus peligros, porque "ninguna forma artística es capaz de convertir tan fácil y directamente al receptor en la víctima manipulada de su creador como es el cine". "

El cine es un medio de avasallamiento", ha dicho Haneke en su intervención, por eso, ha insistido en la necesidad de que los autores tomen "en serio" a los espectadores. "Un autor que no toma en serio a su socio, el receptor, de la misma forma en que él mismo quiere ser tomado, no tiene un interés real en el diálogo", ha explicado.

"Demasiadas veces el cine ha traicionado esa regla básica interhumana, que precisamente es también una regla básica de la producción artística. La manipulación sirve para muchos fines, no sólo políticos. También atontando a la gente uno se puede hacer rico", ha subrayado.

La fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2013, ha reivindicado el "poder increíble" de la fotografía. "La imagen es cada vez más relevante y tiene más fuerza en nuestras vidas que nunca", ha sentenciado.

"El fotógrafo, la fotografía es "la expresión de un punto de vista". "El trabajo del fotógrafo es expresar ese punto de vista de forma tan acertada y consciente como le sea posible, con su talento, experiencia e intuición", ha argumentado.

UNA NIÑA CIEGA Y UN PERRO GUÍA, LAS ESTRELLAS DE LOS PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS

Una niña ciega de ocho años y un perro guía fueron este viernes el centro de atención en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2013, en los que la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) recibieron el galardón en la categoría de Concordia.

El presidente de la ONCE, Miguel Carballeda, fue el encargado de recibir la distinción de manos de los Príncipes de Asturias, don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, quienes se emocionaron por los tres acompañantes que subieron al estrado junto a él.

Carballeda iba acompañado de la niña invidente de ocho años Liv Parlee Cantin, en representación de los 7.600 menores ciegos a los que la ONCE presta ayuda y ayuda en la educación.

La pequeña, que avanzaba con su bastón blanco, mostró sin reparos la ilusión del momento, dando pequeños saltos mientras caminaba sobre el escenario del Teatro Campoamor de Oviedo donde cada otoño se entregan estos prestigiosos galardones.

El presidente de la ONCE también estaba acompañado por otra mujer invidente, María Cristina Lucchese, junto a su perro guía Breezy. El can fue la otra sensación de la tarde al convertirse en el primer animal que subía a recibir un Premio Príncipe de Asturias.

El público que abarrotaba el Teatro Campoamor dedicó dos sonoras ovaciones a la delegación de la ONCE que, con Carballeda a la cabeza, recibió el galardón en la categoría de la Concordia.

Minutos después, el príncipe Felipe elogió la labor social que realiza la ONCE en su discurso de felicitación a los premiados, en el que destacó que esta organización es "pionera y única en el mundo", lo que la convierte en un modelo de inclusión social para decenas de países.

"La alegría de los españoles por este reconocimiento es muy grande, porque la ONCE cuenta en nuestro país no solo con una larga historia de eficacia y trabajo bien hecho, sino también con el respeto y el cariño de la sociedad. A ellos les gusta traducir todo su esfuerzo con una sola palabra: Ilusión", dijo.

El Príncipe destacó que han surgido iniciativas y fórmulas para la integración de las personas con discapacidad en más de 25 estados de América, África y la Unión Europea y puso un ejemplo: "Gracias a la ONCE, gracias a sus proyectos educativos en Iberoamérica, muchos miles de niños con discapacidad visual grave están hoy escolarizados".

"Es esta una mínima parte del trabajo y de los objetivos cumplidos por la ONCE y su Fundación", agregó, "una labor excepcional, sólidamente construida a lo largo de 75 años, con mucho esfuerzo, con cariño y siempre con ilusión".