Jalal Maher es uno de los cientos de refugiados sirios que viven en la Comunidad de Madrid. Es un testigo directo y protagonista de la mayor crisis humanitaria, social, política de nuestra historia reciente.
Llegó a España hace poco más de un año y trabaja en Madrid como profesor de inglés. Obtuvo el visado porque tiene un tío en España.
Junto a unos amigos ha creado una página de Facebook "Madrid for Refugees" para ayudar a los refugiados. Dice que con su trabajo intenta también mejorar la imagen de los refugiados, que sólo vienen a trabajar, aportar a la sociedad y a huir de la guerra.
“Me da mucha tristeza ver a la gente muriéndose y ahogándose en el mar desde hace cinco años. Mucha tristeza y mucha pena, la que sentimos los sirios. Creo que el mundo puede parar esta guerra porque ya ha muerto demasiada gente” afirma Jamal.
“No estoy de acuerdo con este pacto entre Turquía y la UE. No creo que sea eficiente porque Turquía acoge ya a un número elevado de refugiados. Existen otras soluciones mucho mejores” reconoce.
EL INFIERNO DE LA GUERRA EN SIRIA
Jamal trabajó durante siete años en un banco sirio. "Cuando empezó la guerra, la vida se hizo imposible. Era un infierno sin agua ni futuro" asegura Jamal. Una semana antes de salir de Siria cayó una bomba cerca de su casa, matando a varias personas.
Cuando pidió el visado, viajó de Siria al Líbano, de allí pasó a Egipto, hasta llegar a España. Lo primero que hizo fue apuntarse a clases de español. Nada más concluir el primer curso, solicitó el segundo sin perder tiempo.
Dice que se mentalizó al llegar a España y se tomó su estancia como de estudiante de idiomas y no como refugiado de guerra.
La escuela de idiomas le ofreció trabajo. Reconoce que ese fue el día más feliz en nuestro país. Jamal le encanta Madrid y ama a España, “porque están llenos de vida”.
Agradece el trato a los refugiados aquí, a diferencia de otros países de Europa (Macedonia, Hungría-Petra Lazlo). Aunque insiste en que no se puede juzgar a toda la población de esos países
Lo que más le duele a Jamal es no poder ver a su sobrino. A su hermana y sobrinos en Dubai no los ve porque no dejan entrar a sirios ahora. El pequeño llora desconsolado cuando no puede conectar con él por Skype. Su sueño es volver a Siria en paz y ver a su familia.
Entretanto, los refugiados continúan atrapados en condiciones infrahumanas. Pero su salud física es solo una parte del drama, hay otra olvidada por completo: su salud mental. Se trata de refugiados políticos, que huyen del horror de la guerra. De situaciones dramáticas que requieren de una inmediata atención psiquiátrica.