Pese al empeño de Spielberg, los tiburones no son tan ofensivos como nos ha enseñado el cine.
Al menos, para Karlos Simón, un madrileño que cuenta con el récord Guinness de nado con tiburones.
Y que además es un experto en inmovilizarlos, ajenos a la agresividad, y entregados a la paz marina.
El objetivo de este tipo de actuaciones es demostrar que el tiburón no es el depredador rencoroso y devorador de hombres que la cinematografía ha intentado casi siempre reflejar, sino un animal bello con el que se puede interactuar, eso sí, con cuidado y mucha experiencia.
Por otra parte, un tiburón de casi ocho metros ha sido descubierto cerca de una playa de Massachussets. El animal nadaba a 160 metros de la orilla, y las autoridades locales lo han identificado como un tiburon peregrino. Es una especie de gran tamaño pero que no come carne, y catalogada de vulnerable porque ha sido cazado masivamente.