La COP27 finalizó hoy con la aprobación de la creación de un fondo para financiar pérdidas y daños en países en desarrollo "particularmente vulnerables" a los efectos del cambio climático, una demanda histórica de estas naciones amenazadas por el calentamiento global al que apenas han contribuido.
En sesión plenaria que en la madrugada del domingo, las partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) reunidas en su 27ª cumbre del clima en Sharm el Sheij dieron luz verde al nuevo mecanismo de financiación de reparaciones en los estados más afectados por el cambio climático.
La propuesta, que aún cuenta con muchos detalles por perfilar, respalda la "solución mosaico" que pedía el bloque negociador de la Unión Europea, entre otros países, que abogaban por recurrir a nuevos instrumentos financieros para ayudar a costear los daños tras fenómenos extremos relacionados con la crisis climática, además de crear un fondo nuevo en el marco de la UNFCCC.
El fondo, uno de los puntos de fricción en las negociaciones climáticas que durante dos semanas ha alojado la ciudad egipcia -inicialmente los países en desarrollo exigían ese fondo mientras los desarrollados se mostraban reticentes-, fue aprobado finalmente por cerca de 200 estados en la sesión de clausura de la COP27, donde también se refrendó el Plan de Implementación de Sharm el Sheij.
El texto, una declaración política sin efectos vinculantes, recoge las propuestas consensuadas por las partes para contener el calentamiento global por debajo del grado y medio de temperatura media en 2100 respecto a los niveles preindustriales a fin de evitar las peores consecuencias de la crisis climática, como recomienda la comunidad científica y refleja el Acuerdo de París.
Las propuestas incluidas en el apartado de mitigación -reducción de emisiones de gases invernadero- no aportan cambios sustanciales desde el Pacto de Glasgow, el acuerdo con que concluyó la pasada cumbre del clima COP26 celebrada en la ciudad escocesa, como criticaron organizaciones ecologistas y también la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en declaraciones a medios.
El Plan de Implementación de Sharm el Sheij insta a los países a reducir progresivamente la generación de energía a partir del carbón -en plantas que no cuenten con tecnologías de captura de carbono- y a abandonar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles, petición que ya estaba plasamada en el texto de Glasgow.
También reconoce la puesta en marcha de la Red de Santiago, un programa de asistencia técnica para minimizar las pérdidas y los daños causados por los efectos adversos del cambio climático, un sistema paralelo al fondo que dirigiría las ayudas hacia las reparaciones climáticas en países más damnificados