La Dirección General de Tráfico (DGT) destinará 1.452.000 euros a su nuevo plan anual de campañas de seguridad vial, que se centrará en evitar que los conductores se pongan al volante bajo los efectos de haber consumido bebidas alcohólicas.
Tráfico ha adjudicado el plan de campañas de divulgación de la seguridad vial, comunicación interna y comunicación institucional a la agencia Shackleton, cuyo anuncio de formalización de contratos aparece publicado esta semana en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
El pliego de prescripciones técnicas, al que tuvo acceso Servimedia, indica que la agencia de publicidad adjudicataria debe realizar la estrategia de comunicación, el concepto global del plan de campañas y la creatividad, el diseño y desarrollo de las piezas publicitarias, además de la orientación sobre la ubicación de las campañas en los distintos medios y asesoramiento.
Según la DGT, un total de 1.004 personas murieron durante 2021 en siniestros viales en España y casi 4.000 resultaron heridas graves. Además, cerca de un 25% de las muertes en carretera en Europa están relacionadas con el alcohol y éste estuvo presente como causa principal o concurrente en una de cada cuatro víctimas mortales.
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central que altera la aptitud y la actitud para conducir. Asimismo, incrementa el riesgo de verse involucrado en un siniestro de tráfico y aumenta la gravedad de las heridas tras sufrir un accidente.
"Existe la percepción de que el riesgo de accidente se asocia únicamente a niveles de consumo de alcohol muy elevados. Pero no es así: sus efectos negativos sobre la capacidad de conducir se observan también con bajos niveles de ingesta. Si beber y conducir se convierte en algo habitual, que el accidente se produzca es una mera cuestión de tiempo. La única tasa realmente segura es la 0,0", apunta la DGT.
CONTROLES DESDE 1981
En 2019, el alcohol fue un factor concurrente o desencadenante en uno de cada cuatro siniestros de tráfico y la segunda causa de accidente en España, solo superada por las distracciones. Además, uno de cada tres conductores fallecidos por siniestro vial había consumido alcohol y/u otras drogas, y se dictaron 48.078 condenas penales por delitos de tráfico, la mayoría de ellas por alcohol. En 2020, un 23% de las pruebas de alcohol y otras drogas realizadas tras un siniestro de tráfico dieron resultado positivo.
"A medida que aumenta la concentración de alcohol en sangre, se incrementa el riesgo de sufrir un accidente. Parece una idea básica, repetida cientos de veces, conocida por todos. Entonces, si lo sabemos, ¿por qué seguimos haciéndolo? Aunque muchos hábitos en la conducción y en la convivencia vial han mejorado con los años, el fatídico binomio alcohol/conducción se resiste", señala la DGT.
Tráfico subraya al respecto: "La sociedad ha interiorizado el concepto de que mezclar alcohol y conducción no es una buena idea. Además, esto viene reforzado por los mecanismos normativos, la condena legal para ciertos comportamientos de abuso de alcohol al volante y también la condena o rechazo social hacia estas actitudes. Pero, con todo, sigue habiendo datos preocupantes".
Los controles de alcoholemia se iniciaron en España en 1981 y los de drogas comenzaron en 2010. "A pesar de esto, la gente sigue conduciendo y bebiendo", lamenta la DGT.
A la vista de estos datos, las próximas campañas pretenden incidir en que beber y conducir es una mala combinación porque "esta conducta acabará, tarde o temprano, en un accidente con consecuencias impredecibles", así como fomentar una conducta solidaria de que los conductores no están solos al volante y reforzar la idea de que la tasa de alcohol cero es la más segura.