El mismo día que la NASA anunciaba el aplazamiento de sus misiones Artemis II y III, que llevarán de nuevo astronautas a la Luna, la agencia espacial ha hecho público un nuevo proyecto para enviar pequeñas naves no tripuladas a Próxima Centauri, la estrella más cercana a la Tierra después del Sol.
La idea es propulsar un enjambre de naves de unos gramos de peso con energía fotónca, dirigida desde la Tierra, concretamente mediante rayos láser, que parecen ser la única opción viable para llegar a estrellas vecinas en este siglo, informa la NASA.
A una distancia de 4,25 años luz del Sistema Solar, incluso Próxima Centauri está insondablemente lejos.
Para ponerlo en perspectiva, el récord de distancia más larga jamás recorrida por una nave espacial lo tiene la sonda espacial Voyager 1, que actualmente se encuentra a más de 24 mil millones de kilómetros de la Tierra.
La propuesta exige un rayo láser de 100 gigavatios (GW) que impulse miles de sondas espaciales de escala de gramos con velas láser a una velocidad relativista (un 10-20% de la luz).
Según sus estimaciones, este concepto de misión podría estar listo para su desarrollo alrededor de mediados de siglo y podría llegar a Próxima Centauri y su exoplaneta similar a la Tierra (Próxima b) en el tercer cuarto de este siglo (2075 o después).