La Policía abre un correo electrónico para que los ciudadanos denuncien sectas
Se trata de sectasdestructivas@policia.es
La Policía Nacional ha abierto una nueva vía de colaboración ciudadana a través de correo electrónico para que de forma anónima cualquiera pueda denunciar la presencia de una secta en España, como la destapada recientemente en Castellón donde, con pretextos esotéricos, se cometían delitos sexuales.
La Policía Nacional ha informado este viernes de la puesta en marcha del correo sectasdestructivas@policia.es, al que cualquier ciudadano de forma confidencial podrá escribir para aportar datos.
Agentes de la Comisaría General de Información serán los encargados de analizar esas informaciones.
En la última operación desarrollada, los investigadores detuvieron a nueve integrantes de una secta destructiva que, ubicada en la provincia de Castellón, estaba liderada por una persona autodenominada "enviado de Dios".
A los arrestados -tres se encuentran en prisión, entre ellos el líder- se les imputó su presunta participación en los delitos de pertenencia a grupo criminal, delitos contra la libertad e indemnidad sexual y delitos patrimoniales, entre otros.
La investigación se inició el pasado año cuando la Policía Nacional tuvo conocimiento de la existencia de una comunidad aislada y hermética donde, presuntamente, con pretextos esotéricos y sanatorios, se estaban cometiendo distintos delitos y cuyas víctimas tenían limitada o anulada la capacidad crítica y la voluntad.
El líder, de carácter autoritario y carismático, ejercía técnicas de persuasión coercitiva sobre sus seguidores desde una posición de superioridad y utilizando el engaño, llegando a anular su voluntad.
A tal efecto, conseguía mantener unos privilegios para él y para su familia, tanto económicos como sociales. La comunidad, que se habría establecido hace aproximadamente 30 años supuestamente bajo fines humanitarios y sociales como una hermandad de amigos, se fue transformando, poco a poco, en un grupo de carácter hermético y aislado, difícil de abandonar, llegando a ser el único entorno conocido para algunos de sus integrantes, y en cuyo seno se llevaban a cabo delitos sexuales.
El líder de la secta destructiva presuntamente sometía a los miembros de la comunidad a extenuantes jornadas de trabajo dentro y fuera de la misma, además de solicitar que realizaran aportaciones económicas bajo supuestos fines altruistas, desviando ese dinero para aumentar su patrimonio familiar.
Además de las nueve detenciones, los agentes practicaron de forma simultánea los registros de una amplia finca donde residían y un domicilio.
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