La Politécnica desarrolla un software para mejorar el control de los satélites espaciales
Creado por este centro madrileño, a bordo del satélite OPS-SAT de la Agencia Espacial Europea
REDACCIÓN
El OPS-SAT es un satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), el primero de su clase que ha sido diseñado para probar y validar nuevas técnicas de control de misión y sistemas de a bordo.
Es un 'laboratorio volante' puesto en órbita en 2019 sólo tiene 30 cm de altura pero contiene un ordenador experimental diez veces más potente que cualquier nave espacial actual de la ESA.
Es muy difícil realizar pruebas en vivo de los sistemas de control de misión. Nadie quiere correr ningún riesgo con un satélite existente y valioso, por lo que probar nuevos procedimientos, técnicas o sistemas en órbita no suele ser posible. OPS-SAT es un satélite de bajo coste, seguro y robusto, incluso si se produce algún fallo debido a las pruebas.
“Con OPS-SAT, los diferentes experimentos seleccionados pueden tomar el control del mismo sin comprometer la misión”, sostiene Karl Olfe, doctorando de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que ha participado en el desarrollo del experimento propuesto por el E-USOC.
Lógica difusa
Dicho experimento consiste en asumir el control de actitud del satélite, realizando una serie de maniobras, esto es, orientando el satélite mientras está en órbita, modificando su apuntamiento, con diversos tipos de algoritmos para comparar su comportamiento en órbita.
“En este primer experimento se va a comparar un algoritmo de control de actitud basado en lógica difusa con el clásico PID (control Proporcional Integral Derivativo) para conocer las ventajas del uso de los algoritmos del primer tipo".
La lógica difusa es una rama de la inteligencia artificial que busca reproducir el razonamiento humano experto mediante el uso de variables lingüísticas (en vez de numéricas) y estructuras condicionales del tipo ‘si… entonces’.
Por ejemplo, si estuviésemos controlando la temperatura de una habitación querríamos que: ‘Si hace frío entonces enciende la calefacción’. Donde ‘frío’ sería la variable lingüística difusa”, explica Karl Olfe.