Ina Robles | @inarobles13
(Actualizado

Ina Robles se define en las redes sociales como "padre, activista y bombero". Y es a través de su cuenta de Twitter donde ha denunciado el nulo apoyo que reciben las familias que han acogido a ucranianos que han huido de la guerra con Rusia.

"Hace mes y medio dimos el paso de acoger en casa a una familia que huía de la guerra de Ucrania. Nuestras convicciones pacifistas y antimilitaristas no son de sofá, siempre con las víctimas civiles. Pero estamos ya al límite, hartos de verdad, y es un sentir general", señala.

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Para añadir que "sabíamos dónde nos metíamos, que sería duro y que minaría seriamente nuestra economía familiar, pero jamás imaginé que el principal palo en la rueda vendría de la propia Administración. Lo único que han hecho de momento es volvernos locos, freírnos a tasas y hacerse fotos".

Ina Robles reconoce que "nuestros recursos cada vez más escasos y nuestra total dedicación son los que están sacando adelante esta complicada situación. Pero en los medios se ponen ellos las medallas, no sé cómo pueden tener tan poca vergüenza. Todo son complicaciones, todo son zancadillas".

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Para denunciar: "Quiero que se sepa que todo lo publicado sobre apoyo y ayudas es MENTIRA. Después de casi tres meses, no hay absolutamente nada más que reuniones con políticos para hacerse la foto y vueltas de un lado a otro. Y el 100% del peso de esta crisis, de momento, sobre las familias".

Este bombero del País Vasco se muestra rotundo: "Eso sí, para enviar armas y buques de guerra no han faltado recursos desde el primer día. Están claras las prioridades, y lo entiendo, pero basta ya de hipocresía. Que lo digan, aquí lo que importa es aplastar al enemigo a cualquier precio. La gente es lo de menos".

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"Siento el tono, pero es que la paciencia se está acabando. Y hablando con otras familias de acogida es un sentir general, la gente ya está empezando a organizarse para escribir en prensa y denunciar esta situación. Este es mi granito de arena, si puedes, difúndelo", destaca Robles.

Y acaba afirmando que "todo lo que estamos pasando queda a un lado cuando consigues arrancar una sonrisa a una niña de cuatro años que ha vivido cosas que nadie debería vivir nunca. No nos arrepentimos de nuestra decisión, solo pedimos un poco menos de hipocresía.

"Gente respondiendo: 'Seguro que la niña es neonazi. Os empezará a pintar esvásticas por las paredes'... Una niña de cuatro años, de verdad que el puto meteorito está tardando", concluye.