Seis investigadores de varias instituciones de Estados Unidos han realizado una investigación sobre la desinformación y los bulos, que ha sido publicada por la revista Science. Según sus conclusiones, las publicaciones en redes sociales que contienen bulos generan más indignación moral que las que incluyen información fiable, y ese enfado facilita la propagación de noticias falsas.
El estudio fue realizado a partir ocho análisis con datos de Facebook y X. En el análisis, la mezcla de la ira y el asco provocado por las transgresiones morales resultan en indignación.
Como consecuencia, se pueden difundir más fácilmente bulos sin leerlos previamente. Los autores han escrito que "La desinformación que provoca indignación puede tener mayor propagación debido, en parte, a la amplificación algorítmica de contenido atractivo"
También han señalado que la difusión de esa desinformación es una muestra de su posición moral o de pertenencia a ciertos grupos.
Es por ello, que las conclusiones del estudio sugieren que los intentos por evitar la desinformación en línea con su verificación podría ser ineficaz.