La profunda huella de Benedicto XVI en Madrid
Estuvo entre el 18 y el 21 de agosto de 2011 con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, donde fue aclamado por un millón y medio de fieles en Cuatro Vientos
La primera vez que el cardenal Ratzinger viajó a España fue en 1989, invitado por la Universidad Complutense de Madrid
Benedicto XVI dejó una profunda huella en Madrid, adonde viajó entre el 18 y el 21 de agosto de 2011 con motivo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), la segunda vez que la Iglesia organizaba este acontecimiento en España, tras la JMJ de 1989, que presidió Juan Pablo II en Santiago de Compostela.
El viaje de Benedicto XVI a Madrid, en 2011, era el cuarto de un papa a la capital de España, después de los efectuados por Juan Pablo II en 1982, 1993 y 2003.
La primera vez que el cardenal Ratzinger viajó a España fue en 1989, invitado por la Universidad Complutense de Madrid.
Jornada Mundial de la Juventud
El avión que trasladó al papa Benedicto XVI desde Roma llegó pasadas las 11.45 horas del 18 de agosto de 2011 al aeropuerto de Madrid, donde fue recibido a pie de pista por los Reyes de España. Nada más aterrizar, el Santo Padre fue saludado en el interior del avión por el nuncio, monseñor Renzo Fratini, y por el introductor de embajadores, José María Rodríguez Coso.
Posteriormente el Papa descendió del avión y fue recibido por el rey Juan Carlos, la reina Sofía y el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco. En el Pabellón de Estado del aeropuerto de Barajas se encontraban además el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Congreso, José Bono, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otras autoridades.
La ceremonia de bienvenida, a la que se sumaron unos 2.000 jóvenes, comenzó con la interpretación de los himnos del Vaticano y de España, y como gesto de cariño hacia el Papa un grupo de niños se ataviaron con el uniforme típico de la Guardia Suiza.
Cerca de medio millón de jóvenes, según la organización, se concentraron en la Plaza de Cibeles para asistir a la misa de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011.
El viernes 19, el Pontífice visitó al rey Juan Carlos y a la reina Sofía en el palacio de La Zarzuela.
Después se trasladó al monasterio de El Escorial, donde se reunió con jóvenes religiosas en el patio de los Reyes. Posteriormente, en la basílica del monasterio, recibió a mil jóvenes profesores universitarios. A su regreso a Madrid, el Papa almorzó con un grupo de jóvenes en la nunciatura, donde pernoctó esos días.
El sábado 20, a las nueve de la mañana, como un sacerdote más, confesó en los jardines del Buen Retiro, a algunos jóvenes participantes en la JMJ española.
Después ofició una misa en la catedral de La Almudena para los seminaristas. Tras visitar la Fundación Instituto San José, un centro para enfermos, gestionado por la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios, se trasladó a Cuatro Vientos para presidir la Vigilia.
Vigilia
El Papa Benedicto XVI llegó a las 20:50 horas al aeródromo de Cuatro Vientos, donde presidió la Vigilia de la oración a la que también acudieron SS.AA.RR Los Príncipes de Asturias, que le recibieron a la entrada, junto con otras autoridades, y entre gritos de "Viva el Papa" y "Benedicto, Benedicto".
El Papa se vio obligado a interrumpir su discurso durante la Vigilia de la oración debido al intenso aguacero que cayó durante unos minutos sobre el aeródromo de Cuatro Vientos, donde cientos de miles de peregrinos se congregaron desde primeras horas de la tarde.
"Nuestra fuerza es mayor que la lluvia", aseguró el Pontífice ante los asistentes cuando la lluvia ha comenzado a amainar. El fuerte aguacero comenzó tras la lectura del Evangelio y obligó al Santo Padre ha interrumpir su discurso durante más de 20 minutos, mientras los jóvenes seguían coreando y cantando: "Esta es la juventud del papa".
Misa multitudinaria en Cuatro Vientos
Benedicto XVI lanzó un último mensaje ante una multitud de un millón y medio de jóvenes de todo el mundo en la Misa de la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en el aeródromo de Cuatro Vientos.
"El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios (...). A vosotros también os incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo en otras tierras y países donde hay multitud de jóvenes que aspiran a cosas más grandes (...) y no se dejan seducir por faltas promesas de un estilo de vida sin Dios", ha sentenciado.
"No os guardéis a Cristo para vosotros mismos", ha añadido. Y se lo ha dicho después de advertirles de que quien cede a la tentación de ir "por su cuenta" o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, "corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de El".
El 21 de agosto el pontífice abandonó Madrid para dirigirse a Roma. Antes de su viaje de regreso se reunió en Ifema con los voluntarios para agradecerles su labor durante esos días.
Madrid le despidió como le recibió: por todo lo alto.
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