Los procesos de adicción en mujeres tienen un plus de agravamiento | ARCHIVO
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Las mujeres acuden a los servicios de salud mental “más tarde más solas y más vapuleadas”, asegura Lourdes Azorín, médica especializada en psicoterapia de Proyecto Hombre Madrid. Los procesos de adicción en mujeres tienen un plus de agravamiento y se afrontan con más vergüenza y con sentimiento de culpa, afirma la doctora.

Por otro lado, las mujeres con problemas de adicción suelen sufrir una falta de acompañamiento, continúa diciendo, por lo que el acceso a la ayuda terapéutica se posterga más de lo deseable.

Conscientes de todos estos factores, Proyecto Hombre Madrid inauguró el pasado mes de octubre un programa de apoyo terapéutico orientado a las mujeres, que tiene en cuenta los factores específicos de género, y que completa los tratamientos individuales.

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Cibeles, así han denominado a este programa pionero, es un espacio guiado por psicólogas, dirigido a mujeres que sufren o han sufrido adicciones, y también a mujeres que tienen un vínculo familiar con las pacientes: madres, hermanas, amigas…

“Es un espacio de reflexión, no tanto ligado al proceso patológico, sino orientado a abordar otras cuestiones relacionadas con el género y que no han sido abordadas en otras terapias”, explica Azorín.

"Al final, a todas nos duelen las mismas cosas"

En los grupos Cibeles se comparten pensamientos sobre potencialidades y recursos para afrontar el origen de las adicciones, como son la falta de autoestima o la postergación asociada al rol femenino que las pacientes han “soterrado” a lo largo de su vida por “ser la mujer 10”, sostiene la doctora.

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La experiencia del programa Cibeles es muy positivo, asegura Azorín. “Son grupos muy plurales, de diversas edades donde una paciente se puede sentir identificada con la madre de otra paciente que sufre lo mismo que ella: al final a todas nos duelen las mismas cosas“, cuenta.

“Sabes que es algo que tienes que trabajar de por vida”

Es el caso de Pilar, que lleva asistiendo a terapias desde los 16 años por su adicción. En un principio se sintió “estigmatizada” por el hecho de ser mujer. Ahora participa en el programa de Proyecto Hombre Madrid compartiendo sus experiencias y combatiendo a las sombras que permanecen en su cabeza: “Sabes que es algo que tienes que trabajar de por vida”, asegura.

El origen es un problema emocional, la adicción es solo la punta del iceberg que afecta a las pacientes en todos los ámbitos de su vida, la maternidad, su profesión o la pareja, y condiciona sus decisiones. “Yo me encontré con una vida que no había elegido. No era capaz de disfrutar de mis hijos”, confiesa.

Pilar valora positivamente el apoyo mutuo de las mujeres que, como ella, han sufrido o sufren problemas de autoestima con un origen educacional. “En casa se valoraban las mujeres delgadas y bonitas. Yo no me gustaba”, se lamenta.

"Me encontré con una vida que no había elegido. No era capaz de disfrutar de mis hijos"

La experiencia en terapias de grupo, sobre todo al principio, es dura especialmente si eres mujer, opina Pilar que, antes de acudir al grupo Cibeles, pasó por algunas terapias de grupo mixtas: “Se puede dar el caso de que acudas por violencia de género y te encuentres con un paciente que es maltratador”, cuenta.

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No es el caso del programa Cibeles, donde participan solo mujeres, una circunstancia que, en el caso de Pilar, ha supuesto una dificultad añadida, ya que siempre ha sentido recelo hacia otras mujeres: “Yo pensaba: las mujeres te hacen daño; quería ser un hombre más, de hecho, a día de hoy no tengo ninguna amiga”, afirma.

"Yo pensaba: las mujeres te hacen daño; a día de hoy no tengo ninguna amiga"

Sin embargo, según avanzas en la terapia, y no te enfocas en el problema, aparecen herramientas positivas, asegura. “Voy a terapia para quitarme la razón y estoy haciendo bastantes migas”, cuenta con alivio. Que consiga o no esa primera amiga, ya se verá, concluye.