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El rey Felipe VI y la reina Letizia han inaugurado este jueves la Farmacia Llabrés en Ciutadella, un establecimiento que el empresario menorquín Juan Ignacio Balada dejó en herencia en 2009, a los entonces Príncipes de Asturias y los nietos de los reyes eméritos.

El espacio, muestra singular del modernismo menorquín, ha sido rehabilitado y se ha cedido su uso a la Fundación de Personas con Discapacidad de Menorca, con la intención de que se convierta en un punto de información sobre la labor que realiza la entidad.

El Rey ha recordado que, hace poco más de una década, conocieron la existencia de la herencia de Balada, "una persona a la que no conocíamos y, por tanto, fue una auténtica sorpresa".

"Teníamos claro que no recibiríamos personalmente ningún dinero y que los bienes serían destinados a fines de carácter social o a la fundación que también el señor Balada nos había encargado constituir"

Asimismo, ha explicado que aceptaron la herencia porque, según el testamento del empresario menorquín, de no haberlo hecho todos sus bienes hubieran pasado al Estado de Israel "con la consiguiente merma a las iniciativas o proyectos de interés social que en el futuro pudieran recibir ayudas económicas".

"Teníamos claro que no recibiríamos personalmente ningún dinero y que los bienes serían destinados a fines de carácter social o a la fundación que también el señor Balada nos había encargado constituir", ha añadido.