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Nada más ver sobre la pasarela las primeras prendas de María Escoté se nota que algo ha cambiado en su trabajo, más pulido, más sutil, con más movimiento, aunque su esencia, los iconos pop de los años 80, están presentes en una colección enfocada en la figura y estilo de Diana de Gales.

"Lady Di ha sido mi referente en moda desde que la vi vestida de novia, la he admirado desde niña", explica hoy a EFE María Escoté, quien ha mostrado un trabajo maduro e inteligente.

Tal es su admiración por la que fue princesa del pueblo, que el primer diseño de la colección de María Escoté es un jersey de punto rosa con el eslogan "I'm a luxury", un calco de un modelo que lució Lady Di en 1987 junto a sus hijos.

Otro de los modelos de Lady Diana que llamó su atención, un jersey rojo con ovejas blancas y, por supuesto la negra, lo traduce en un chaleco conjuntado con vestido de malla metálico en rojo.

Igual de libre que Diana a la hora de elegir su vestuario, la diseñadora catalana se toma la licencia de "calcar" el mítico vestido de tirantes rojo, confeccionado en plumetti con destellos dorados que lució la reina de corazones en 1983.

A pesar de estos cambios, María Escoté sigue manteniendo su esencia, aparecen minivestidos de tejido strech unidos en la cintura con aros y sus prendas oversizes como americanas de talle largo, así como vestidos asimétricos con siluetas en forma de T.

En paralelo, la diseñadora emprende un viaje a la década de los 80 y muestra complicados drapeados, prendas con frunces de gomas y un importante juego cromático en sus vestidos, tanto en estampados florales como geométricos, una versión más prometedora y poderosa de María Escoté.

Diferente, muy diferente también ha sido la colección de Maya Hansen, que ha querido dejar a un lado el corsé y apostar por los pantalones, faldas y "shorts" vaqueros, además de conjuntos veraniegos estampados con dibujos infantiles de barcos, una colección en la que ha incluido tres trajes de baño de neopreno.

Su sello se ha visto en las siluetas ultrasexies, las camisetas de tirantes y los bodies, prendas ligeras que ha coloreados en azules, rojos y blancos que juegan con clásicas rayas marineras.

La unión de la sencillez y la buena costura ha sido la batuta que ha dirigido la colección primavera-verano 2018 de Marcos Luengo, diseñador que encuentra la inspiración en los materiales. "Es mi forma de trabajar, elijo los tejidos y ellos me llevan a la prenda", explica este ovetense que marca la elegancia con bordados artesanales o plumas de oca, como en otras ocasiones.

La primera parte del desfile ha estado marcada por la calidad y la sobriedad en una propuesta joven, atractiva y apetecible, prendas comerciales, "quiero apostar por un pret-a-porter", cuenta Luengo, quien en unos días inaugurará una segunda tienda en Madrid.

Siluetas orientales, pantalones "baggy", blusas, camisas y chalecos largos, se codean con faldas y vestidos confeccionados en otomán y ante, unas prendas que se desmontan mediante una cremallera para facilitar su lavado, "el otomán se puede limpiar a mano, pero el ante es de tintorería", cuenta Luengo, diseñador que apuesta por prendas sueltas y relajadas.

Se han visto cuidadas prendas exteriores en diferentes largos, que se combinan con zapatos de Farrutx planos y bolsos grandes de piel de avestruz que se integran en la figura femenina, "no me gusta el bolso como un añadido", dice el diseñador que comenzó su carrera en 2001 con la marroquinería.

La segunda parte del desfile se armó con prendas de fiesta, de noche, vestidos atemporales, de toda la vida, "la rabiosa actualidad envejece mal", argumenta.