Fernando Grande-Marlaska, ha deplorado este lunes la muerte, presuntamente por envenenamiento, de dos niñas de 2 y 4 años en un cortijo de Alboloduy, víctimas de la más grave de las violencias: la vicaria, ha dicho el ministro de Interior.
La Guardia Civil sostiene como hipótesis más probable que el hombre encontrado muerto en una pedanía de Alboloduy (Almería) pudo envenenar a sus hijas, de 2 y 4 años, a las que habría asesinado.
Fuentes próximas a la investigación han dicho a EFE que este domingo, pasadas las 22:30 horas, una mujer de nacionalidad rumana llamó a la Guardia Civil para alertar de que su expareja, un hombre también rumano, y sus hijas habían ingerido una sustancia venenosa.
Poco más tarde agentes del cuerpo se desplazaron al lugar y encontraron a los tres fallecidos. El hombre, según las mismas fuentes, tenía antecedentes por violencia machista y una orden de alejamiento de su expareja en vigor.El crimen vicario es la principal hipótesis con las que trabajan los investigadores para esclarecer este suceso, ocurrido anoche en esta localidad de la comarca de Los Filabres-Tabernas.
Según ha indicado el 112 de Andalucía a EFE, sobre las 22:30 horas el centro coordinador recibió un aviso por la muerte de estas personas en un cortijo de Las Alcubillas, hasta el que fueron movilizados efectivos de la Guardia Civil y el 061, que confirmaron la muerte de las dos menores y el adulto.
Por su parte, la alcaldesa de Gérgal (Almería), Antonia Contreras, ha explicado a EFE que se trata de una familia de origen rumano que residía en un cortijo junto a la estación de tren de este municipio.
Ha precisado que la madre de las niñas se había separado del fallecido debido a los malos tratos que sufría a manos de éste, que tenía una orden de alejamiento que le impedía aproximarse a la mujer.
Ha señalado que tras separarse de él la mujer se fue a vivir a Las Alcubillas, una pedanía cuya mitad de territorio corresponde a Gérgal, y la otra mitad a Alboloduy, siendo en esta última parte en la que residía ahora la madre de las niñas, y a dónde habría ido el fallecido a presuntamente acabar con la vida de sus hijas.
El presunto filicida tenía un régimen de visitas a las menores durante los fines de semana reconocidos judicialmente. Debía haber sido juzgado el próximo 10 de abril por lesionar a la madre de las pequeñas cuando todavía eran pareja y convivían en un mismo domicilio familiar.