Martha Gellhorn, la única mujer en el Desembarco de Normandía
Periodista y corresponsal de guerra, ningún obstáculo la detuvo para llegar hasta el frente
REDACCIÓN/EFE
Hace 80 años, miles de hombres cruzaron el Canal de la Mancha, desembarcaron en una playa de Normandía e iniciaron la liberación de los territorios ocupados por la Alemania nazi. Fue la operación militar más importante de la Segunda Guerra Mundial. Era el 6 de junio de 1944. Desembarcaron en total 160.000 hombres. Y una mujer.
La única mujer que estuvo presente en el Desembarco de Normandía fue Martha Gelhorn. Y no le fue fácil llegar allí. Si algún periodista merece a lo largo de la historia el calificativo de ‘intrépido' es esta mujer que, sin embargo, más que por sus grandes méritos es conocida por haber estado casada con Ernest Hemingway ( y eso que estuvieron juntos sólo cinco años).
Fue una auténtica pionera en un mundo de hombres, una de las corresponsales de guerra más notables e importantes del siglo XX. Ningún obstáculo, y tuvo muchos, la detuvo jamás ni le impidió informar de los grandes hechos históricos que ocurrieron en su época, ni siquiera la Segunda Guerra Mundial. Al contrario, buscó estar en primera línea para narrar lo que ocurría, independientemente de los riesgos.
La escritora Rosario Raro cuenta la historia de esta increíble mujer en su última novela ‘Prohibida en Normandía', que acaba de publicar coincidiendo con el aniversario del Día D. Cuenta que el legado de Gelhorn es sobre todo “la intrahistoria, las vidas anónimas de quienes realmente sufren las consecuencias de los grandes acontecimientos bélicos”.
Hija de un ginecólogo alemán y la sufragista Edna Fischell, Martha nació en 1908. Ingresó en 1926 en la universidad privada femenina Bryn Mawr College pero dejó los estudios porque quería ser periodista. Comenzó a publicar artículos en The New Republic pero ella quería ser corresponsal en el extranjero y contar lo que ocurría más allá de sus fronteras. Así que viajó a París donde trabajó para United Press.
Cuando regresó a Estados Unidos viajó por todo el país, junto a la fotoperiodista Dorothe Lange, e informó sobre el impacto que estaba teniendo la Gran Depresión en los ciudadanos. En la Navidad de 1936 conoció a Hemingway y con él viajó a España para cubrir la Guerra Civil y con él estuvo en el Hotel Florida de la Gran Vía de Madrid. El célebre escritor le dedicó su novela ‘Por quién doblan las campanas’.
Marta informó sobre la Segunda Guerra Mundial desde Finlandia, China, Birmania, Singapur. Y Normandía. Cuenta Rosario Raro que, en aquel momento, Gelhorn escribía para ‘Barras y Estrellas’, la revista del Ministerio de Defensa de EE.UU y pidió ser acreditada para cubrir el desembarco de Normandía. Le negaron el permiso. Ni siquiera tuvo el apoyo de Hemingway que, al contrario, le hizo fuertes reproches: “¿Eres corresponsal de guerra o mi esposa en la cama?”. Martha no le perdonó y fue la única mujer en la vida del escritor que le abandonó.
Que le prohibieran ir con las tropas que iban a desembarcar en Normandía no fue obstáculo para ella. Dispuesta a llegar a Francia para informar desde allí, viajó hasta Europa en un carguero noruego. Para poder estar en la ‘playa Omaha’ se disfrazó de hombre y se mezcló entre las tropas haciéndose pasar por un camillero. Consiguió estar en primera línea.
Aún tuvo que sortear más dificultades para enviar su crónica a Estados Unidos. Se la dictó a un militar por teléfono pero no la publicaron hasta dos meses después y con cambios en el texto.
A pesar de que sólo ella estuvo en el primer momento en Normandía, quien se llevó el mérito fue Hemingway que se quedó en un pontón sin desembarcar (más tarde contaría que, incluso, había dirigido parte de las maniobras del desembarco). A él le condecoraron y a Marta la condenaron por saltarse la prohibición de ir.
A pesar de todo, Marta Gelhorn nunca se rindió y continuó con su trabajo. En 1989, cuando tenía 81 años cubrió la invasión estadounidense de Panamá. Escribió varios libros, que son Historia del Periodismo, entre ellos ‘El rostro de la guerra: crónicas en primera línea 1937-1985”, ‘cinco viajes al infierno: aventuras conmigo y ese otro’, ‘the view on the ground’, ‘The Trouble I’ve seen: Four Stories from the Great Depression’.