Satélites Landsat de la NASA y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) ayudan a proteger a los chimpancés del Parque Nacional de Gombe (Tanzania), donde la primatóloga Jane Goodall comenzó a trabajar en 1960, ya que ofrecen imágenes que muestran que cerca de esa reserva ha descendido la superficie forestal por las presiones sobre la tierra ejercidas por las poblaciones humanas locales debido a la explosión demográfica y a la pobreza, que han llevado a la tala de árboles para la agricultura y a la producción de carbón.
Esas imágenes, que están disponibles gratuitamente y fueron tomadas desde 1972, pueden ayudar a científicos y conservacionistas a mejorar los esfuerzos para que los chimpancés, que son los primos genéticos más cercanos a los seres humanos y están en peligro de extinción, preserven sus hogares forestales, según informa la NASA.
El planeta tiene actualmente un máximo de 345.000 chimpancés, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una cifra bastante inferior a los dos millones que vivían hace un siglo.
"Los chimpancés están en crisis", apunta Lilian Pintea, vicepresidente de ciencias de la conservación del Instituto Jane Goodall en Vienna (Estados Unidos), quien menciona como "culpables" la caza ilegal para consumo de carne o comercio de mascotas y la pérdida de hábitat, la cual es visible desde el espacio.
En 2000, Pintea vio dos imágenes de satélite Lansat de la región alrededor del Parque Nacional de Gombe, una de 1972 y otra de 1999. La más antigua mostraba bosques que se extendían por toda la zona y la más reciente, vastas franjas de deforestación con bosques frondosos a un lado de la frontera del parque que cubrían las pendientes empinadas que se elevan desde el este del lago Tanganica y colinas desnudas en el otro.
Una misión conjunta de la NASA y el USGS con los satélites Landsat ofrece al público imágenes gratis del uso de la tierra en esta región desde 1972. "Los datos de satélite de la NASA nos ayudan a entender lo que significa ser un chimpancé superponiendo la distribución del hábitat con el comportamiento de los chimpancés y los datos de alcance", apunta Pintea. Esa combinación permite a los científicos ver dónde estos primates están en mayor riesgo y diseñar estrategias de conservación.
INVOLUCRAR A LAS COMUNIDADES LOCALES
Los chimpancés de la región solían vivir en una franja ininterrumpida de bosques desde el lago Tanganica hacia el oeste a través de Uganda y la cuenca del Congo hasta el oeste de África. A principios de los años 70 del siglo pasado, al menos una década después de que Jane Goodall llegara a la región y empezara a observar a los chimpancés, comenzó a reducirse el bosque.
"Hoy en día la franja ha desaparecido porque está siendo dividida en fragmentos cada vez más pequeños", apunta Jane Goodall, que, a sus 82 años, todavía sigue activa en los esfuerzos de conservación dirigidos por el instituto que lleva su nombre.
Esos esfuerzos implican involucrar a las comunidades locales cercanas a Gombe en el proceso de planificación y evaluación de la conservación para proteger las reservas forestales, y es primordial involucrar desde los aldeanos a gobiernos locales y grupos de conservación.
"Fue realmente emocionante ver el impacto de estas imágenes en los habitantes del pueblo", señala Goodall, añadiendo que los pobladores podrían identificar puntos y lugares sagrados en las imágenes de satélite. "Era como si una pieza de realidad cayera mágicamente desde el cielo", añade.
A diferencia de los mapas que no muestran el hábitat de los chimpancés al lado de las actividades humanas, en las imágenes de Landsat tanto los científicos como los aldeanos pueden ver el resultado directo de varios usos de la tierra (explotación y tala, por ejemplo) y cómo ellos moldearon el terreno circundante y los bosques.
"Cuando ocurre la deforestación, se pierden funciones y servicios ecológicos importantes que afectan tanto a los chimpancés como a la gente", destaca Pintea. Así, los chimpancés pierden las áreas de alimentación y de cría, y es muy difícil para los animales territoriales cambiar su zona de origen a otro lugar. La gente pierde recursos forestales locales como la miel o especies específicas de árboles valiosos y sufren alteraciones del ciclo local del agua que hacen que la erosión y las inundaciones repentinas planteen nuevos problemas.
Las imágenes de satélite fueron un punto de inflexión para mejorar los esfuerzos de conservación locales. "Estamos informando de estos esfuerzos de planificación y gestión con la ciencia y los datos, incluyendo imágenes de satélite de la NASA. Pero, al final, es el plan de uso de la tierra de los aldeanos y estamos allí sólo para facilitar el proceso. No tenemos la última palabra en cómo las comunidades deciden colocar una reserva, por ejemplo", precisa Pintea.
El Instituto Jane Goodall proporciona apoyo adicional para el uso de teléfonos inteligentes y tabletas con sistema Android para que los agentes forestales de los pueblos puedan confirmar las condiciones en el terreno y evaluar cómo funcionan los planes.
Trabajando en colaboración con los aldeanos, los datos que combinan una variedad de imágenes de sensores remotos, incluyendo los de satélites Landsat, han ayudado a Pintea y a sus colegas científicos a entender mejor la relación entre las necesidades de hábitats de los chimpancés y el estado de los hábitats forestales.
Después, llevan esa información a los pueblos que rodean Gombe para que sus habitantes puedan tomar decisiones basadas en la conservación y el uso de la tierra, como, por ejemplo, dónde restringir las actividades de tala de bosques.