Navalagamella reivindica su papel en la llegada del hombre a la Luna
EFE
El Ayuntamiento de Navalagamella ha reivindicado el papel de la localidad en el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, ya que ha defendido que la estación madrileña que siguió las comunicaciones del transbordador está ubicada en su término municipal.
A dos días de que se cumpla el 50 aniversario de la llegada del Apollo XI a la Luna, el Consistorio ha explicado que llevan todo este medio siglo reclamando que la Estación Espacial lleve el nombre del municipio, ya que asegura que la totalidad de la misma está ubicada en su término municipal.
Esta base en primer lugar se instaló en Fresnedillas de la Oliva y en 1985 se trasladó al municipio vecino de Robledo de Chavela, según ha señalado el Ayuntamiento deNavalagamella en una nota de prensa.
Desde el Consistorio explican que una de sus primeras gestiones era reclamar que la estación llevase el nombre del municipio, propuesta que dio lugar a una decisión salomónica por parte del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial para que la base pasara a llamarse Estación Espacial Fresnedillas-Navalagamella.
Sin embargo, aseguran que la NASA se mantuvo al margen y siempre la denominó como Estación Espacial Madrid Apollo. "A pesar de ello, cuando se hace referencia a la estación, nunca aparece el nombre de Navalagamella", advierten.
El Ayuntamiento de Navalagamella asegura que no quiere "entrar en polémicas" con Fresnedillas de la Oliva porque "los propietarios de los terrenos expropiados eran del municipio vecino".
"El proceso de expropiación se llevó a cabo en su ayuntamiento y que la mayoría de los trabajadores españoles eran de Fresnedillas, aunque también hubo varios de Navalagamella, pero la estación se encuentra al cien por cien en nuestro término municipal y nunca se nombra a nuestro municipio", ha lamentado el alcalde, Andrés Amperio.
Recuerdan que la Estación Espacial se ubicó en el término municipal de Navalagamella porque la NASA necesitaba una zona cercana a una gran ciudad, con un aeropuerto internacional, pero al mismo tiempo, aislada de posibles interferencias. Y el valle en el que se encuentra Navalagamella, rodeado de montañas, resultó ser la mejor opción.