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Nigerianos y gitanos se comprometen a "apaciguar los ánimos" para no repetir los incidentes de los últimos días en Son Gotleu. Esta madrugada por fín llegaba la calma al barrio de Palma de Mallorca aunque la tensión seguía presente. La Policía se ha encargado de blindar la zona y vigilar muy de cerca a los dos grupos. Los vecinos no creen que esta tregua dure mucho ya que llevan años viviendo momentos tensos.

La mecha se encendió el pasado domingo por la noche, cerca de la una de la madrugada, con la muerte accidental de un joven nigeriano de 28 años que se precipitó al vacío desde la quinta planta de un edificio de la calle Tomás Rullán. Los nigerianos culpan a los gitanos de lo sucedido aunque según fuentes policiales se descarta que haya sido un asesinato. Tras el trágico suceso, en el que algunos africanos aseguran que tiraron a su compatriota por el balcón, los nigerianos tomaron la calle pidiendo justicia. Fue entonces cuando comenzó el caos y los destrozos. Algunos comerciantes incluso han tenido que cerrar sus negocios por miedo.

Esta mañana los cinco detenidos por las trifulcas han pasado a disposición judicial. La investigación continúa abierta aunque desde la Policía informan que el joven nigeriano estaba "deslizándose voluntariamente" por la fachada de la finca, trepando de un piso a otro, entre un balcón y balcón, cuando al agarrarse a una tubería, ésta "cedió" y de "forma accidental se cayó al vacío".