Cuando no hay más pistas que las descripciones de los testigos, los investigadores sólo pueden recurrir al retrato robot.
Una herramienta que ha logrado resolver infinidad de casos. La unidad de criminalística de la Guardia Civil viaja por toda España para lograr poner rostro a todo tipo de delincuentes.
Uno de sus últimos trabajos ha sido el retrato de "Igor el Ruso", acusad de asesinar a dos agentes en Teruel.
Cuando no hay ADN, ni fotos, ni vídeos el retrato robot es una herramienta fundamental para los investigadores.
Basado siempre en la descripción de testigos y/o victimas, cada rasgo tiene infinidad de posibilidades. Solo para el contorno de la cara el programa nos ofrece más de 180 opciones.
Se trababa primero con los rasgos que recuerda con seguridad el testigo. Por último se trabaja en aquellos en los que tiene dudas.
En los retratos se incluye el tiempo durante el que el testigo vió al sospechoso y valora la fidelidad del parecido.
Un sistema que ha ido evolucionado. En los años setenta, sin email, ni fax, las comandancias de la guardia civil compartían información con este otro sistema.
Los retratos han sido una pieza clave en numerosos casos.
Desde la unidad de criminalística de la Guardia Civil se da apoyo a todas las comandancias elaborando decenas de trabajos que han dado giros insospechados a numerosas investigaciones.
Las nuevas tecnologías al servicio de los investigadores, pero siempre contando con la experiencia y pericia de agentes con años de experiencia.