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La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha iniciado una investigación interna en colaboración con la OCATT (Organización Catalana de Trasplantes) y el Hospital Clinic de Barcelona ante "la gravedad" de los hechos denunciados de presuntas irregularidades en el trasplante al futbolista Eric Abidal.

La ONT afirma en un comunicado que conoce el caso por la prensa y sostiene que, según la información de la que dispone, el proceso de donación y trasplante al exdefensa francés del FC Barcelona se ajustó a la legislación vigente y a los protocolos clínicos habituales en materia de trasplante de donante vivo.

Reitera además su postura de "tolerancia cero" frente al tráfico de órganos, ante la información publicada hoy por El Confidencial. El periódico digital publica que en las escuchas policiales a las que fue sometido el expresidente barcelonista Sandro Rosell en el marco de la investigación sobre blanqueo se le oía hablar con un tal "Juanjo" que comentaba con el expresidente azulgrana que le "compraron un hígado ilegal" a Abidal, cuando este recayó del cáncer, para que le fuera trasplantado en 2012.

Abidal, actual secretario técnico del FC Barcelona, fue sometido el 10 de abril de ese año a un trasplante de hígado de un donante vivo en el Hospital Clínic de Barcelona, y desde el primer momento tanto el club como el exjugador aseguraron que procedía de su primo.

Fuentes del Clínic de Barcelona han explicado a EFE que el centro sanitario siguió todos los protocolos legales establecidos para los trasplantes.

EL TRÁFICO DE ÓRGANOS, UN DELITO CASTIGADO CON PENAS DE HASTA 12 AÑOS DE PRISIÓN

La Organización Nacional de Trasplantes, dirigida por Beatriz Domínguez, recuerda que España ha sido un país pionero en introducir en el Código Penal el tráfico de órganos como un delito castigado con penas de hasta doce años de prisión. Y hace hincapié en que en los casos de la donación de vivo, el sistema español de trasplantes contempla controles a tres niveles diferentes precisamente para garantizar que la donación de vivo, renal o hepática se realiza bajo los principios éticos de altruismo y voluntariedad total.

Un primer control se realiza por parte de un equipo médico independiente del que va a realizar la extracción del órgano y su posterior trasplante.

Un segundo control radica en el Comité de Ética del Hospital que tiene que emitir una resolución positiva o negativa de la donación de vivo caso por caso.

En tercera instancia, el donante, acompañado por un médico del equipo que va a realizar la extracción del órgano y del médico que ha evaluado al donante, se entrevista con un juez, que tiene que autorizar la donación y comprobar que ésta se va a realizar sin ningún tipo de contraprestación económica o presión psicológica.

Si en cualquiera de los tres controles existe alguna duda de que la donación no se produce de forma expresa, libre, desinteresada, o que puede haber algún tipo de prestación económica, no se realiza la extracción del órgano y por tanto se paraliza la donación.