Pablo Álvarez estrena su mono azul de astronauta: "Esto sigue siendo peligroso"
Este ingeniero leonés, uno de los cinco seleccionados por la ESA, ha comenzado su entrenamiento para pisar la Luna, "un sueño que parece imposible"
El astronauta español manda un mensaje a los alumnos de ciencias: "Que nadie te diga que no vales, porque todos valemos"
EFE
El español Pablo Álvarez acababa de iniciar su formación en el centro de entrenamiento de la Agencia Espacial Europea (ESA) en la localidad alemana de Colonia cuando vio cómo la nave Starship de SpaceX explotaba en el aire en un vuelo experimental. Pero no le ha hecho titubear.
El peligro para la exploradores espaciales es evidente: "esto sigue siendo algo peligroso", asegura Pablo Álvarez.
"Son riesgos que conocemos. Cuando echas el currículum para convertirte en astronauta, sabes a lo que te expones", añade.
Riesgos que se ven recompensados "con creces" por "toda la ciencia y tecnología que podemos desarrollar en el espacio", explica Álvarez, uno de los cinco astronautas seleccionados entre 22.500 aspirantes.
Este ingeniero aeroespacial sonríe y responde con entusiasmo, ataviado con el flamante mono azul de astronauta con su nombre bordado en el pecho que ha recibido solo unas horas antes.
Hace un mes que llegó al centro de entrenamiento de la ESA, donde permanecerá algo más de un año completando la formación básica.
Han empezado con una introducción a la biología, los experimentos que tendrían que realizar en la Estación Espacial Internacional, conociendo todos los departamentos de la ESA o conociendo la piscina donde ensayarán "las actividades extravehiculares".
"Te puedo asegurar que es complicado, no lo regalan", dice Álvarez, que realizará casi toda su carrera en suelo firme, pues los astronautas, en el mejor de los casos, apenas pasan unas semanas fuera del planeta en el que nacieron.
"Los vuelos, el tiempo que se está en el espacio, es quizá lo más visible para el gran público pero para nosotros es la menor parte de nuestro tiempo", comenta.
Mantenerse motivado durante la preparación es imprescindible para que "todo salga perfecto" cuando llegue el momento de la exploración espacial.
El objetivo de la ESA es que Álvarez y los otros cuatro nuevos astronautas (la ingeniera militar francesa Sophie Adenot, la astrofísica británica Rosemary Coogan, el ingeniero belga Raphaël Liégeois y el médico suizo Marco Sieber) vuelen entre 2026 y 2030, aunque "asegurarlo al cien por cien es difícil".
TRES MISIONES
Hay tres lugares fuera del plantea Tierra a los que a Álvarez y la nueva camada de astronautas europeos se les encargará viajar.
Probablemente se estrenen en la Estación Espacial Internacional, "un sueño desde pequeño, porque es donde "la ESA se siente más cómoda volando a astronautas novatos".
"Luego más allá tenemos 'Gateway', que va a ser una estación espacial un poquito más pequeña que va a orbitar la Luna, "imagínate qué vistas", exclama.
Y por último, las misiones Artemis que llevarán a los astronautas a la superficie del satélite de la Tierra. "Ya poner los pies en la Luna sería un sueño que parece imposible", resume.
Quedan varios años, en el mejor de los casos, para que Álvarez monte en una nave espacial, pero en realidad la cuenta atrás "está a la vuelta de la esquina", dice.
"TODOS VALEMOS PARA LA CIENCIA"
Mientras, seguirá estudiando, ejercitándose y aprendiendo mientras se dedica también a la divulgación científica, que es una parte importante del trabajo de un astronauta.