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El Papa Francisco ha recibido en el Vaticano de manos de los presidentes de tres principales instituciones de la Unión Europea el premio Carlomagno, que el pontífice ha aceptado como gesto para animar a Europa "a trabajar por la paz".

El Papa Francisco ha compartido con los líderes europeos reunidos en el Vaticano para entregarle el Premio Internacional Carlomagno de Aquisgrán, su sueño de una Europa solidaria y humana que no descarte a los pobres, a los refugiados ni a los inmigrantes, que dé un trabajo digno y estable a los jóvenes y de la que no se pueda decir que su compromiso con los derechos humanos ha sido "su última utopía".

"Sueño una Europa joven capaz de ser aún madre porque que respeta la vida; sueño una Europa que se hace cargo del niño, socorre al pobre y a los que buscan refugio; sueño una Europa que escucha y valora a los enfermos; una Europa donde ser inmigrante no sea delito sino invitación a un mayor compromiso con la dignidad del ser humano; sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso con los Derechos Humanos ha sido su última utopía", ha subrayado.

El Papa Francisco ha recibido el premio Carlomagno como "voz de la conciencia" de Europa y por su "mensaje de esperanza y coraje". Francisco es el segundo pontífice en recibir esta distinción, después de Juan Pablo II, que la obtuvo en 2004.

REGALO DEL REY

El Rey Felipe VI que ha asistido a la entrega del premio le ha regalado al papa Francisco una edición facsímil de los autógrafos del escritor Miguel de Cervantes Saavedra, con motivo del cuarto centenario de su muerte.

El Rey pudo hacer entrega a Jorge Bergoglio de este obsequio durante los saludos que tuvieron lugar tras la ceremonia celebrada en el Vaticano, en la que el papa Francisco recibió el premio Carlomagno, galardón que le reconoce como "voz de la conciencia" de Europa y por su "mensaje de esperanza y coraje".

Felipe VI asistió a la ceremonia en primera fila, en la misma en la que se encontraban el gran duque de Luxemburgo, Enrique de Nassau-Weilburg y Borbón-Parma, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi. En el libro de estudios incluía una dedicatoria específica del rey de España hacia el papa Francisco,

El discurso pronunciado por el Papa recuerda a las palabras pronunciadas por Martin Luther King el 28 de agosto de 1963 en Washington, durante la Marcha por el Trabajo y la Libertad, el Pontífice ha subrayado que sueña con una Europa "donde los jóvenes respiren aire limpio de honestidad y lleven una vida sencilla no contaminada por el consumismo, donde casarse y tener hijos no sea un problema por la falta de trabajo estable", un continente donde haya "políticas reales y eficaces de familia" y donde "se promuevan y protejan los derechos de cada uno".

Concretamente, ha pedido a los mandatarios que cuiden a la juventud de sus países porque son "el presente y el futuro" y ha reclamado para ellos "puestos de trabajo dignos y bien remunerados". "¿Cómo vamos a hacerles partícipes de esta construcción cuanto les privamos de trabajo digno, cuando los índices de desempleo van en aumento? ¿Cómo evitar la pérdida de jóvenes que se van a otra parte en búsqueda de ideales porque en su tierra no sabemos ofrecérselos?", se ha preguntado.

Para crear puestos de trabajo dignos y bien remunerados, especialmente para los jóvenes, el Papa ha señalado que hace falta buscar nuevos modelos económicos "más inclusivos y equitativos" y pasar de una economía "líquida", basada en el "beneficio, la especulación y el préstamo con intereses" y que "favorece la corrupción", a una "economía social de mercado, que garantice el acceso a la tierra a las comunidades".

A su juicio, este cambio de modelo económico "abrirá la capacidad de soñar aquel humanismo del que Europa ha sido la cuna y la fuente".

El Papa ha insistido en la necesidad de hacer una "transfusión de memoria" inspirándose en el pasado para afrontar el momento actual y actualizar la idea de Europa dando a luz a un "nuevo humanismo" basado en tres capacidades: integrar, generar y dialogar. Precisamente, sobre esta última, ha indicado que para lograr una paz duradera hay que armar a las nuevas generaciones "con el arma del diálogo y la negociación".

CULTURA DEL DIÁLOGO EN LOS COLEGIOS

En este sentido, Francisco ha propuesto incluir la cultura de diálogo como asignatura transversal en todos los programas escolares de Europa para enseñar a los niños "otro modo de resolver los conflictos a los que se les está acostumbrando". También ha enfatizado que urge crear coaliciones, no solo militares o políticas, sino también educativas.

Por otro lado, en cuanto a la capacidad de integrar, el Pontífice ha llamado a los líderes europeos a promover una integración basada en la solidaridad que "nunca debe ser confundida con limosna" sino entendida como "creación de oportunidades para que los habitantes puedan desarrollar su vida con dignidad".

Además, ha advertido a las naciones de que no basta solo con la integración geográfica porque la más importante es la cultural y les ha exhortado a no replegarse a "colonizaciones ideológicas".

En un discurso plagado de referencias a los padres fundadores de Europa, el Papa ha invitado a superar el "cansancio", el "atrincheramiento" y el "egoísmo" acercándose de nuevo al proyecto inicial de construir unidad.

"¿Qué te ha sucedido Europa humanística defensora de los DDHH y de la justicia, tierra de filósofos, artistas, músicos y escritores, madre de pueblos y naciones, de hombres y mujeres que dieron la vida por la dignidad de sus hermanos?", ha reflexionado.

Durante la ceremonia también han intervenido los presidentes de las instituciones europeas: Jean-Claude Juncker (Comisión), Martin Schulz (Parlamento) y Donald Tusk (Consejo), quienes también han mantenido una audiencia con el Papa antes de los actos.