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Tras más de diez horas de vuelo el avión que trasladaba a Benedicto XVI desde Cuba ha aterrizado hacía las 10:35 en el aeropuerto internacional de Ciampino, en Roma. El Papa inició su viaje a México y Cuba el pasado 23 de marzo, y durante su periplo mantuvo reuniones con los mandatarios cubanos Fidel y Raúl Castro, así como con el presidente federal de México, Felipe Calderón.

En su último día en la isla y antes de partir para Roma, el Papa se encontró con Fidel Castro en la Nunciatura Apostólica de La Habana. Un encuentro breve, de unos 30 minutos de duración, cordial y de diálogo intenso, según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. En rueda de prensa, el padre Lombardi también ha calificado la acogida del pueblo cubano como cordial, aunque menos entusiasta, ha dicho, que la brindada por los mexicanos unos días antes.

Entre sus múltiples mensajes, el Papa ha pedido cambios en Cuba, ha criticado el embargo estadounidense a la isla y ha reclamado más libertad religiosa. Mientras los disidentes como Oswaldo Payá han denunciado la represión sufrida durante los días que ha durado la visita del Pontífice. En México, el Papa ha ofrecido la ayuda de la Iglesia católica para luchar contra el narcotráfico y la violencia en el país. Concluye así el viaje número 23 de Benedicto XVI que el próximo 16 de abril cumple 85 años y que ya se prepara para las celebraciones de la Semana Santa que comienza el domingo 1 de abril con la misa y procesión del Domingo de Ramos.